1568 06 14

Benito Arias Montano (Amberes) a Juan de Ovando (Madrid)

14 de junio de 1568

METADATOS

Identificador: 1568 06 14

Íncipit: Quatro vezes estuve a la puerta de casa la tarde que me partí…

Manuscritos:

    (O) IVDJ, Envío 78, ff. 124r-125v y 126r-127v.

Impresos:

    (E1) Macías, Correspondencia con Ovando, pp. 168-181; (E2) Domínguez, Correspondencia, I, 57-74.

Edición crítica y notas: Baldomero Macías Rosendo

Codificación y edición digital: Antonio Dávila Pérez

RESUMEN

BAM salió de Madrid hacia los Países Bajos sin despedirse de Ovando. Quería evitar el profundo dolor de la separación. Su estancia en Amberes le permitirá comprar todo tipo de mercancías a un buen precio para sus amigos que viven en la Corte española. Junto con su carta BAM envía una lista de libros y mapas con sus precios. BAM lamenta no haber aprovechado su azaroso viaje a los Países Bajos para dibujar mapas de las Islas Británicas. Ha encargado un globo de Mercator para Ovando. Le pregunta a Ovando si también desea un astrolabio, una esfera de metal y un anillo astronómico. Las tareas relacionadas con la Políglota comenzarán en quince días, cuando un nuevo colaborador llegue a Amberes. Mientras tanto, Plantino creará nuevos tipos. BAM no ha sido capaz de comprobar todavía los libros de astronomía. Le pide a Ovando que salude de su parte al doctor del Caño y le sugiere formas de conseguir crédito en Amberes. Sería más fácil y barato comprar la Glossa Ordinaria en España que en los Países Bajos.

COMENTARIO

BAM parte de Madrid el último de marzo de 1568 en dirección a Laredo, donde embarca el día 22. El azaroso viaje por mar desde Laredo hasta Flandes (22 de abril-16 de mayo) constituye uno de los secretos mejor guardados de la biografía de nuestro personaje. Felipe II había dado instrucciones muy precisas a Diego Hurtado de Mendoza y, en su ausencia, a Juan Martínez de Recalde para embarcar a BAM y garantizar el éxito del viaje hasta Flandes (cf. Carvajal, «Elogio histórico», pp. 145-146, doc. 22). El día 22 de abril, acabada la Semana Santa, BAM embarcó en Laredo, uno de los principales puertos del norte de España para las relaciones comerciales con Flandes. La nave que transportaba a nuestro biblista es arrastrada por una tempestad hasta las costas de Irlanda, adonde llega el 28 de abril. Sin embargo, la peregrinación que hace por tierra hasta llegar a Dublín, donde lo esperaba su barco para hacer la travesía hasta Chester, así como su visita a tierras inglesas (Óxford, Londres,…) no parecen fruto del azar ni de ninguna tempestad (véase la carta de Arias Montano a Felipe II, fechada en Amberes a 6 de julio de 1568, 1568 07 06). Más bien debemos pensar que BAM llevaba encomendada alguna misión secreta de la que solo él, el Rey y el secretario Zayas estaban al corriente. Gaspar Morocho, quien ha conjeturado sobre este misterioso viaje por Irlanda e Inglaterra, supone que BAM a última hora «había recibido el encargo de visitar varios monasterios de Irlanda para buscar viejos manuscritos, con el fin de fijar mejor el texto de la Vulgata latina en la nueva Políglota. […] Además de recoger códices, hecho que no declara, quería oír opiniones autorizadas sobre la Biblia de la Iglesia, cuyo proyecto conocían ya tanto los católicos como aquellos que no lo eran. […] Todos le debieron ayudar como a un apóstol de la palabra del Evangelio. Y le informarían pormenorizadamente de ciertas ventajas y mejoras que podrían hacerse en la nueva Biblia» (Gaspar Morocho Gayo, «Trayectoria humanística de Benito Arias Montano II. Años de plenitud (1568-1598)», El humanismo extremeño. Terceras Jornadas (Trujillo, 1999), 237-304, pp. 228-230).

El proyecto de Biblia que BAM lleva en la cabeza supone un enorme despliegue de medios materiales y humanos. Los trabajos de impresión no empiezan hasta el mes de julio, fecha en la que Plantino comenzó a tirar las primeras muestras. Por lo que los primeros meses desde la llegada de BAM transcurren en negociaciones y encuentros para ir preparando el material y el equipo que colaborará con el frexnense durante los próximos años. Nuestro biblista, que aprovecha ese ínterin de relativo sosiego para atender a los amigos, le escribe a Ovando dos días después de la presentación oficial del proyecto ante las autoridades locales. BAM pronunció un emotivo discurso en latín donde se evocaba la gloria venidera que supondría para la villa de Amberes el haber sido elegida por Felipe II como primer centro impresor de su inmenso imperio.

Dentro del epistolario de BAM que se nos ha conservado, esta carta para Ovando es una de las primeras que escribe desde Amberes, y si exceptuamos las que dirige al secretario Zayas y al propio Rey, podemos afirmar que es la primera que tenemos encaminada a un particular, lo que en cierta medida es indicador de la estima y del sincero aprecio que el de Fregenal siente por su paisano. La carta venía acompañada de un listado o memorial de libros con los precios pactados con Plantino para que Ovando eligiera los que deseara. Dicho listado se puede consultar aquí y a través del enlace que se encuentra al final de esta carta.

Por el contrario, no ha quedado rastro alguno de la segunda relación que BAM dice haber enviado con esta carta, en la que informaba a Ovando de los mapas y descripciones geográficas que podía suministrarle a buen precio. Recordemos que el propio Plantino no solo imprime mapas, sino que también compra trabajos de cartografía para comerciar con ellos. La importancia de la navegación unida a los nuevos descubrimientos geográficos favoreció el desarrollo de la cartografía y de las matemáticas. Hacia mediados del s. XVI, la Universidad de Lovaina se había convertido en pionera en los estudios geográficos gracias a las contribuciones de Gemma Frisio. Pero las consecuencias comerciales del descubrimiento del Nuevo Mundo se habían concentrado en la ciudad portuaria de Amberes, convertida desde mediados de la centuria en el centro de producción internacional de mapas geográficos, de atlas y de obras técnicas de cartografía. Esta situación fue debida en buena medida a las numerosas ediciones que de aquí salen del Theatrum orbis terrarum, obra de un íntimo amigo de BAM, el antuerpiense Abraham Ortelio (1527-1598), quien tuvo la genial idea de reunir en un mismo volumen una colección de mapas, con el mismo formato y estilo, de todas las partes del mundo entonces conocido, logrando así el primer atlas moderno. Los mapas del Theatrum fueron una cuidadosa selección de la mejor cartografía de la época. El Theatrum se convirtió en el atlas más vendido del s. XVI, siendo traducido al holandés (1571), alemán (1572), francés (1572), español (1588), inglés (1606) e italiano (1608).

En nuestro aparato crítico no tomamos en consideración el trabajo de M. Jiménez de la Espada, «Correspondencia del Dr. Benito Arias Montano con el licenciado Juan de Ovando», en Boletín de la Real Academia de la Historia, 19 (1891), pp. 483-7, por tratarse de una edición en la que el texto original de la carta se transcribe sin intención ni criterio filológicos.

FACSÍMILES

TEXTO Y APARATO CRÍTICO (CON VISUALIZACIÓN DE MARCADO XML-TEI) La correspondencia de Benito Arias Montano: edición crítica digital — Benito Arias Montano (Amberes) a Juan de Ovando (Madrid) – 14 de junio de 1568


[Sobrescrito:]
Al illustre sor Juan de Ovando, mi sor, oydor del Real Consejo de la Santa Inquisición. En corte.
[Anotado por otra mano, en el margen, con escritura transversal:]
Dotor Montano en Flandes 14 de junio 1568. Recibida a 15 de jullio. Stá aquí lista de çiertos libros.
Illustre sor:

[1] Quatro vezes estuve a la puerta de casa la tarde que me partí, para salir a besar a vuestra merced las manos y pedir su bendición; y siendo cierto desta, no me atreví a mi terneza de verme apartar de vuestra merced para tan lexos, porque conozco quán affecionadíssimamente amo a vuestra merced y entendí bien quánto me havía de turbar pidiéndole las manos para me despedir. [2] Y ansí, estando cierto que vuestra merced tiene muy conocidas mis entrañas, lo que se havía de hazer por palabra encomendé a Lastanosa, como muy servidor de vuestra merced, hiziesse por mí; diziéndole cierto mi passión como a amigo según que él a vuestra merced la refirió. Espero en Dios que me tornará adonde pueda, sirviendo a vuestra merced, gozar del contento que siempre recibo en verle. [3] Entre tanto, mientras Dios por acá me detuviere, será mi grande deleyte servir a vuestra merced en las cosas que me quisiere mandar, y hazer buen corredor en comprarle tapicería, sillas, y manteles y servilletas, con otro menage que de aquí se suele llevar, y lienços y lo demás, y encomendarlo con buen reccaddo hasta ponerlo en Laredo.

[4] Yo hize luego lista de los dottores sanctos que aquí hay, y de otros algunos modernos cathólicos y de algunos philósophos, y concerté con Plantino los precios en que por amistad se pueden haver, que conforme al tiempo de agora me parecen baratos, y conforme a los precios de España baratíssimos, porque unos Augustinos valen allá por quinze scudos y dende arriba, y a esta proporción los demás. [5] Vuestra merced vea la lista y los precios, y me nombre los que es servido le embíe, que yo haré toda la diligencia possible. Los precios se entienden en papel, porque la enquadernación es a cuenta de otros officiales, y esta es ya cosa conocida y casi tassada, que los de hoja entera, como son Augustinos y Gerónymos, etc., cuestan cada cuerpo en bezerro muy bien ligados de diez y seis a 18 placas, que es a prop correspondencia de cinco reales nuestros, y los menores que estos, a proporción, de grado en grado.

[6] También va la copia de las descriptiones particulares de las provincias, que las hay aquí muy elegantes, con sus precios para que vuestra merced nombre las que le pluguieren. [7] Bien pudiera yo haver hecho algunas descriptiones en este viage, porque alliende de lo que havía peregrinado hazia levante, me echó la tempestad agora hazia el poniente, a donde nunquam jamás pensé ir, y creo que pocos españoles han estado; porque aporté a Irlanda a los 28 de abril, y la corrí por tierra desde el puerto de Yoghol hasta el de Dubling, más de cien leguas en seis días, y allí me torné otra vez a embarcar hasta Cester, puerto de [f. 124v] Inglaterra, cien leguas de mar, y travessé a toda Inglaterra de una vanda a otra, desde Cester hasta Dobla, el un puerto de poniente y el otro de levante, donde torné quarta vez a embarcar, y desembarqué en Calés, puerto de Francia, de donde hasta aquí corrí la posta, y también la corrí por toda Inglaterra; de manera que, desde 22 de abril que partí de Laredo hasta 16 de mayo que entré en Flandes, corrí tres mares y quinze leguas por un río arriba, y a Irlanda e Inglaterra y parte de Francia, in quibus locis plurima et cognitu dignissima obseruaui, quae maxima cum uoluptate amicis aliquando communicaturum me spero et narraturum plurima quae obierim pericula ex quibus omnibus diuino beneficio et prouidentia ereptus fuerim. [8] Y mientras no puedo hazer yo geographía ni topographía, usaremos de buenas cartas que hay estampadas y pintadas en esta tierra.

[9] Aquí hay dos géneros de globos grandes, unos de Gemma Phrisio que cuestan ocho escudos el par, celeste y terrestre; y otros de Gerardo Mercator, que son excellentíssimos y cuestan a doze escudos el par; este artífice bive seis jornadas de aquí. E1 yo he embiado por tres pares de los suyos, uno para vuestra merced, otro para el licenciado Juan de Vargas, que está en Brusselas con los negocios de Su Magestad, y otro para mí. [10] Para quando vuestra merced me responda serán venidos, y los pornemos de manera que vayan bien trattados a España.

[11] Quando aquí llegué, hallé un astrolabio estremadíssimo, de cerca de un pie de diámetro, y lo compré para mí por 40 florines, que son 20 scudos. Tiene una falta, que es hecho para estas regiones septentrionales, y no tiene para España tablas. Yo le he mandado hazer una para Andaluzía y Estremadura. Tiene una general para toda la tierra. [12] Si vuestra merced manda que yo le haga obrar uno, yré a Lovayna, donde está el que los haze, y pedirle he uno tan grande como el mío o de un palmo de diámetro, que será menos pesado. Y conternán las láminas las latitudes de toda España. Cierto el mío, si lo tuviesse en España, no lo daría por 60 scudos.

[13] Si vuestra merced fuere servido que los libros vayan en cofres, avisarme ha dello; y no se perderá nada en los cofres, porque allá valdrán más que lo que costaren con flete y todo. Entiendo que los libros tienen poco derecho en los puertos, y sabiendo son para vuestra merced no se pagará cosa alguna, o con mandar aý2 sacar un passaporte, que a todos los que lo piden se da, y para cosas de más interesse. [14] De aquí se embió este día un buen golpe de tapicería de gran precio para don Diego de Córdova y para Melchior de Herrera, y llevavan ambos su passaporte, digo lo tenían proveído en el puerto.

[15] Los lienços pintados están algo caros aquí, porque los que son buenos va cuestan a quatro scudos y a más. Y esto causa que la gente desta tierra compra mucho desto para sus casas. Lo valadí que cuesta a escudo y medio no es para hazer caso dello.

[16] También pienso mandar hazer una sphaera de metal para mí en Lovayna y un ánnulo astronómyco. Si vuestra merced es servido que mande otras pieças en su nombre, lo haré. [17] Mi señora da María Anna me ha escritto con aviso de la salud de vuestra merced, que Dios prospere. [18] La obra a que vine no se comiença hasta de aquí a quinze días, porque espero un hombre docto de París que me ayude con otros dos que aquí están, muy principales, y otros dos lovanienses. Fúndense agora unos characteres hebraicos admirables, que no creo pueden passar adelante en perfección. Entiendo que terné que hazer de noche y de día sin poder quitarme desta occupación un punto.

[19] A vuestra merced supplico me encomiende a Dios, que me encamine para que mi vida toda se emplee en su servicio, el qual la illustre persona de vuestra merced en toda prosperidad accreciente.
Besa las manos de vuestra merced
su capellán,
Benito Arias Montano تلميد
[Posdata:]

[20] No he tenido espacio para visitar los libros de astrología y hazer los precios; o embiarlos he con otro correo o con este, si no se parte tan presto. Supplico a vuestra merced, si escriviere al dottor Caño le dé nuevas de mí.

[21] Aý en corte hay3 muchos que tienen correspondencias aquí en Flandes, con los quales podrá vuestra merced trattar el crédito para alguno de los de acá, o para Gerónymo de Curiel, criado de Su Magestad, o para los de Sevilla o los genoveses.

[22] La glosa ordinaria no se puso en el cathálogo porque aquí no hay un exemplar dellas, y a causa de los tumultos de León de Francia (donde se imprimieron) se han perdido, de manera que solían costar 26 florines y agora cuestan más de cincuenta, y podría ser hallarse allá de lance más barato. Vuestra merced me avise si con todo esto manda que yo le compre una por acá.

E] O, E2; Y (E1)
] O, E2; a (E1)
hay] O, E2; omisit (E1)
TEXTO Y NOTAS (SIN VISUALIZACIÓN DE MARCADO XML-TEI) La correspondencia de Benito Arias Montano: edición crítica digital — Benito Arias Montano (Amberes) a Juan de Ovando (Madrid) – 14 de junio de 1568


[Sobrescrito:]
Al illustre señor Juan de Ovando,1 mi señor, oydor del Real Consejo de la Santa Inquisición. En corte.
[Anotado por otra mano, en el margen, con escritura transversal:]
Dotor Montano en Flandes 14 de junio 1568. Recibida a 15 de jullio. Stá aquí lista de çiertos libros.
Illustre señor:

[1] Quatro vezes estuve a la puerta de casa la tarde que me partí, para salir a besar a vuestra merced las manos y pedir su bendición; y siendo cierto desta, no me atreví a mi terneza de verme apartar de vuestra merced para tan lexos, porque conozco quán affecionadíssimamente amo a vuestra merced y entendí bien quánto me havía de turbar pidiéndole las manos para me despedir.[2] Y ansí, estando cierto que vuestra merced tiene muy conocidas mis entrañas, lo que se havía de hazer por palabra encomendé a Lastanosa,2 como muy servidor de vuestra merced, hiziesse por mí; diziéndole cierto mi passión como a amigo según que él a vuestra merced la refirió. Espero en Dios que me tornará adonde pueda, sirviendo a vuestra merced, gozar del contento que siempre recibo en verle. [3] Entre tanto, mientras Dios por acá me detuviere, será mi grande deleyte servir a vuestra merced en las cosas que me quisiere mandar, y hazer buen corredor en comprarle tapicería, sillas, y manteles y servilletas, con otro menage que de aquí se suele llevar, y lienços y lo demás, y encomendarlo con buen reccaddo hasta ponerlo en Laredo.

[4] Yo hize luego lista de los dottores sanctos3 que aquí hay, y de otros algunos modernos cathólicos y de algunos philósophos, y concerté con Plantino los precios en que por amistad se pueden haver, que conforme al tiempo de agora me parecen baratos, y conforme a los precios de España baratíssimos, porque unos Augustinos valen allá por quinze scudos y dende arriba, y a esta proporción los demás. [5] Vuestra merced vea la lista y los precios, y me nombre los que es servido le embíe, que yo haré toda la diligencia possible. Los precios se entienden en papel, porque la enquadernación es a cuenta de otros officiales, y esta es ya cosa conocida y casi tassada, que los de hoja entera, como son Augustinos y Gerónymos, etc., cuestan cada cuerpo en bezerro muy bien ligados de diez y seis a 18 placas,4 que es a correspondencia de cinco reales nuestros, y los menores que estos, a proporción, de grado en grado.

[6] También va la copia de las descriptiones5 particulares de las provincias, que las hay aquí muy elegantes, con sus precios para que vuestra merced nombre las que le pluguieren. [7] Bien pudiera yo haver hecho algunas descriptiones en este viage, porque alliende de lo que havía peregrinado hazia levante, me echó la tempestad agora hazia el poniente, a donde nunquam jamás pensé ir, y creo que pocos españoles han estado; porque aporté a Irlanda a los 28 de abril, y la corrí por tierra desde el puerto de Yoghol6 hasta el de Dubling, más de cien leguas en seis días, y allí me torné otra vez a embarcar hasta Cester,7 puerto de [f. 124v] Inglaterra, cien leguas de mar, y travessé a toda Inglaterra de una vanda a otra, desde Cester hasta Dobla,8 el un puerto de poniente y el otro de levante, donde torné quarta vez a embarcar, y desembarqué en Calés, puerto de Francia, de donde hasta aquí corrí la posta, y también la corrí por toda Inglaterra; de manera que, desde 22 de abril que partí de Laredo hasta 16 de mayo que entré en Flandes, corrí tres mares y quinze leguas por un río arriba, y a Irlanda e Inglaterra y parte de Francia, in quibus locis plurima et cognitu dignissima obseruaui, quae maxima cum uoluptate amicis aliquando communicaturum me spero et narraturum plurima quae obierim pericula ex quibus omnibus diuino beneficio et prouidentia ereptus fuerim.9 [8] Y mientras no puedo hazer yo geographía ni topographía, usaremos de buenas cartas que hay estampadas y pintadas en esta tierra.

[9] Aquí hay dos géneros de globos10 grandes, unos de Gemma Phrisio11 que cuestan ocho escudos el par, celeste y terrestre; y otros de Gerardo Mercator, que son excellentíssimos y cuestan a doze escudos el par; este artífice bive seis jornadas de aquí. E yo he embiado por tres pares de los suyos, uno para vuestra merced, otro para el licenciado Juan de Vargas,12 que está en Brusselas con los negocios de Su Magestad, y otro para mí. [10] Para quando vuestra merced me responda serán venidos, y los pornemos de manera que vayan bien trattados a España.

[11] Quando aquí llegué, hallé un astrolabio estremadíssimo, de cerca de un pie de diámetro, y lo compré para mí por 40 florines, que son 20 scudos.13 Tiene una falta, que es hecho para estas regiones septentrionales, y no tiene para España tablas. Yo le he mandado hazer una para Andaluzía y Estremadura. Tiene una general para toda la tierra. [12] Si vuestra merced manda que yo le haga obrar uno, yré a Lovayna, donde está el que los haze, y pedirle he uno tan grande como el mío o de un palmo de diámetro, que será menos pesado. Y conternán las láminas las latitudes de toda España. Cierto el mío, si lo tuviesse en España, no lo daría por 60 scudos.

[13] Si vuestra merced fuere servido que los libros vayan en cofres, avisarme ha dello; y no se perderá nada en los cofres, porque allá valdrán más que lo que costaren con flete y todo. Entiendo que los libros tienen poco derecho en los puertos, y sabiendo son para vuestra merced no se pagará cosa alguna, o con mandar aý sacar un passaporte, que a todos los que lo piden se da, y para cosas de más interesse. [14] De aquí se embió este día un buen golpe de tapicería de gran precio para don Diego de Córdova14 y para Melchior de Herrera,15 y llevavan ambos su passaporte, digo lo tenían proveído en el puerto.

[15] Los lienços pintados16 están algo caros aquí, porque los que son buenos cuestan a quatro scudos y a más. Y esto causa que la gente desta tierra compra mucho desto para sus casas. Lo valadí que cuesta a escudo y medio no es para hazer caso dello.

[16] También pienso mandar hazer una sphaera de metal17 para mí en Lovayna y un ánnulo astronómyco. Si vuestra merced es servido que mande otras pieças en su nombre, lo haré. [17] Mi señora doña María Anna18 me ha escritto con aviso de la salud de vuestra merced, que Dios prospere. [18] La obra a que vine no se comiença hasta de aquí a quinze días, porque espero un hombre docto de París19 que me ayude con otros dos que aquí están, muy principales, y otros dos lovanienses.20 Fúndense agora unos characteres hebraicos21 admirables, que no creo pueden passar adelante en perfección. Entiendo que terné que hazer de noche y de día sin poder quitarme desta occupación un punto.

[19] A vuestra merced supplico me encomiende a Dios, que me encamine para que mi vida toda se emplee en su servicio, el qual la illustre persona de vuestra merced en toda prosperidad accreciente.
Besa las manos de vuestra merced
su capellán,
Benito Arias Montano تلميد22
[Posdata:]

[20] No he tenido espacio para visitar los libros de astrología y hazer los precios; o embiarlos he con otro correo o con este, si no se parte tan presto. Supplico a vuestra merced, si escriviere al dottor Caño23 le dé nuevas de mí.

[21] Aý en corte hay muchos que tienen correspondencias aquí en Flandes, con los quales podrá vuestra merced trattar el crédito para alguno de los de acá, o para Gerónymo de Curiel, criado de Su Magestad, o para los de Sevilla o los genoveses.

[22] La glosa ordinaria no se puso en el cathálogo porque aquí no hay un exemplar dellas, y a causa de los tumultos de León de Francia (donde se imprimieron) se han perdido, de manera que solían costar 26 florines y agora cuestan más de cincuenta, y podría ser hallarse allá de lance más barato. Vuestra merced me avise si con todo esto manda que yo le compre una por acá.

Nota: 1 Juan de Ovando (ca. 1514-1575), descendiente ilegítimo de una familia de la nobleza rural cacereña, se licencia en derecho civil en Salamanca hacia 1551, donde imparte clases. En 1556 fue nombrado provisor general de arzobispado de Sevilla que ocupaba Fernando de Valdés. En 1564 afrontó un nuevo puesto como reformador de la Universidad de Alcalá. En diciembre de 1566 pasó a ser miembro del Consejo Superior y General de la Inquisición. El 28 de agosto de 1571 Felipe II lo nombra presidente del Consejo de Indias, cargo que compagina a partir de 1574 con la presidencia del Consejo de Hacienda. Véase para más información biográfica el extenso capítulo de Macías, Correspondencia con Ovando, pp. 25-68. Con fecha de 4 de agosto de 1569, Juan de Ovando envía por carta una memoria de «instrumentos, descripciones, pinturas y libros que me ha de mandar de Flandes el s[eñ]or Benito Arias Montano». Entre otros objetos de astronomía, Ovando solicita a BAM «Dos globos, celeste y terrestre, los mejores que se hallaren, cumplidos de sus instrumentos y con el varniz que suelen traer por el polvo, con peannas y encaxes muy galanes, y los autores que huvieren scripto del uso d’ellos en un cuerpo»; cf. Macías, Correspondencia con Ovando, p. 187.
Nota: 2 Pedro Juan de Lastanosa nació en Monzón (Huesca) en 1527. Pasó su infancia en su villa natal, donde fue formado junto con sus hermanos por un clérigo tío suyo, monsén Pedro de Lastanosa, quien también se haría cargo del joven a la muerte de su padre. Pedro Juan destacó en el aprendizaje de las letras y de las ciencias, según el testimonio de su hermano Baltasar. Fue discípulo del afamado cosmógrafo e ingeniero de Carlos V, Jerónimo Girava, quien impresionado por las cualidades del joven Lastanosa acabó adoptándolo como discípulo. De este modo vemos a Lastanosa vinculado desde su juventud al círculo científico de la Corte y obteniendo el tipo de formación maestro-aprendiz usual en la época. Acompañando a su protector Jerónimo Girava, Lastanosa partió hacia Flandes en 1553, a los veintiséis años de edad. Allí debió conocer a geómetras, científicos e ingenieros flamencos, de los que no solo adquirió conocimientos técnicos, sino también la doctrina erasmista que le caracterizaría el resto de su vida. Durante esta estancia en Bruselas, ayudó a su maestro a traducir del latín los dos primeros libros de la Geometría práctica de Oroncio Fineo. Estando en Flandes en 1556, Girava y Lastanosa recibieron la orden de marchar a Nápoles para asesorar al virrey en asuntos de ingeniería hidráulica, particularmente en la corrección del deficiente abastecimiento de agua de la ciudad. Después de una prolongada estancia en Italia, y en consideración a la experiencia que había adquirido, Felipe II lo llamó en 1563 a su servicio. Su cargo era de maquinario y maestro mayor de fortificaciones, trabajo por el que se le asignó un salario de 300 ducados anuales. Como maquinario debía examinar todo lo relativo a ingenios y máquinas dependientes de la Corona (norias, molinos, maquinaria para la construcción, acueductos, puentes, acequias, etc.) Como maestro de fortificaciones estaba vinculado al Consejo de Guerra; cf. N. García Tapia – J. Carrillo Castillo, Tecnología e Imperio. Ingenios y leyendas del Siglo de Oro. Turriano, Lastanosa, Herrera, Ayanz (Madrid, 2002). Lastanosa estaba especialmente unido a BAM, quien habla del aragonés en sus cartas como de un amigo bastante cercano. Durante los primeros años de BAM en Amberes existe un importante flujo de mercancías entre ellos, y así lo recogen los libros de cuentas de Plantino. Además, parece que Lastanosa tuvo poder para cobrar las rentas del frexnense mientras este estuvo en Flandes; al menos en 1569 BAM pedía a Zayas que Lastanosa le enviara «dineros los que estuvieren cobrados míos ahí en corte» (cf. 1569 04 06). Y el 19 de agosto de 1575, BAM apesadumbrado por el impago de unos créditos que había solicitado, se dirige a Zayas desde Roma suplicándole que encomiende a Lastanosa este asunto, y de camino le haga entrega de una carta para Ovando (cf. 1575 08 19). Por otro lado, el círculo familiar de BAM en Sevilla respaldó al aragonés para poner en marcha uno de sus inventos consistente en un molino de pesas que este había creado y para el que el rey le había concedido en 1569 un privilegio para explotarlo en todos los reinos de España por un período de cuarenta años; cf. Gil, Arias Montano en su entorno, pp. 114-115. Lastanosa mantuvo una relación epistolar con BAM durante la permanencia de este en Amberes y Roma, relación que podemos atestiguar no solo por las referencias que nos ha dejado BAM, sino que además entre las pertenencias que Lastanosa dejó a su muerte, ocurrida en 1576, aparecía «ottro legajo quel título dél dize cartas para Montano». Por ciertos documentos notariales sabemos que BAM se había convertido en un acreedor bastante importante de Lastanosa; así reza en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, protocolo 1275, fº 319r: «y más setenta ducados que valen veynte y seis mill y çiento y ochenta maravedís que lestán cargados por el valor de un collar de oro questava enpeñado en ellos, los quales se pagaron los treynta y ocho dellos al dotor Arias Montano y los treynta y dos restantes a doña María Gaytán, muger del maese de canpo Julián Romero, a quienes se devían los dichos dineros», y más adelante, en el folio 319v: «y más ciento y onze mill y trezientos y veinte y ocho maravedís que por mandamiento del licenciado Pérez de Salazar dio y pagó a Alonso Ruiz en nombre del dotor Arias Montano a quien se devían de los bienes y hazienda del dicho Lastanosa». Asimismo sabemos por ese mismo protocolo, ff. 312r y 316r, que tras el fallecimiento de este, el polígrafo adquirió algunos objetos preciosos que le habían pertenecido. En concreto, BAM compró un jarro, un salero y cucharas de plata que habían pertenecido a Lastanosa por setecientos sesenta y un reales (cf. A. Alvar Ezquerra y F. Bouza Álvarez, «La librería de don Pedro Juan de Lastanosa en Madrid (1576)», Archivo de Filología aragonesa, 32-33 (1984), 101-175). Sobre Lastanosa véase también la entrada biográfica de N. García Tapia, «Pedro Juan de Lastanosa», en Real Academia de la Historia, Diccionario Biográfico electrónico (en red, https://dbe.rah.es/biografias/21263/pedro-juan-de-lastanosa).
Nota: 3 Se trata de la relación que editamos a continuación de esta carta.
Nota: 4 La placa o stuferus (abreviado en st.) es junto con el florín (abreviado en fl.) la moneda de cuenta más usada en los Países Bajos. Veinte placas equivalen a un florín. Otras monedas también en uso son el ducado, equivalente a dos florines, y el escudo, que vale dos florines hasta 1578 y dos y medio o tres a partir de esa fecha.
Nota: 5 Esa relación de las descripciones geográficas no se ha conservado entre la correspondencia recibida por Ovando, aunque han quedado testimonios de que efectivamente la recibió. Así pues, en la memoria que el cacereño le envía a BAM junto con su carta del 4 de agosto de 1569 le encarga: «Todas las descriptiones y mapas stampadas y puestas en lienço que a vuestra merced pareziere y contentaren…». En Amberes BAM tuvo ocasión de hacerse con toda suerte de mapas antiguos y modernos; y de hecho en la contabilidad de Plantino han quedado registradas algunas de esas compras de mapas por parte de BAM (cf. Hänsel, Benito Arias Montano. Humanismo y arte en España, p. 213). Pero otros muchos fueron obsequio de su entrañable amigo el cartógrafo Abraham Ortelio, quien, una vez que BAM abandona definitivamente la ciudad del Escalda, se preocupa de ir enviándole a través de Plantino sus nuevos trabajos y de mantener actualizado el ejemplar de su Theatrum orbis terrarum que le había regalado años antes. Algunos de esos mapas de Ortelio eran auténticas obras de arte decorativo, como la Veteris Hispaniae descriptio que preparó para el Parergon, dedicada a BAM, y por la que este sentía una especial predilección. Se trataba de dos láminas con el mapa de la España antigua montadas en tela y coloreadas, según podemos deducir de la carta de Arias Montano a Ortelio, fechada a 3 de enero de 1590: «ex quo Hispaniae tabellam telae adiunctam coloribusque eleganter distinctam» (cf. Macías, «Correspondencia con Abraham Ortelio», pp. 551-572).
Nota: 6 Youghal.
Nota: 7 Chester.
Nota: 8 Debe ser Dover, importante puerto de relaciones con Irlanda durante los siglos XIII y XIV.
Nota: 9 Traducción: «lugares en los que he visto muchas cosas dignas de conocerse, las cuales con el mayor deleite espero poder compartir algún día con los amigos y relatarles los muchos peligros que he enfrentado, de todos los cuales me ha sacado la ayuda divina y la providencia».
Nota: 10 La venta de instrumentos matemáticos y de astronomía formaba parte del negocio de Plantino, quien entre 1557 y 1588 comercializó los globos terrestres y celestes de Gemma Frisio, así como los instrumentos de astronomía que este profesor de Lovaina había diseñado y fabricado con la colaboración de sus sobrinos, especialmente de Gualterio Arsenio, de quien BAM llega a afirmar «que hace los más acertados instrumentos de astrología, y los más acabados que yo he visto jamás, ni creo los hace hombre mejores en Europa» (cf. 1570 05 18). Asimismo, entre los años 1566 y 1576 Plantino disfrutó del monopolio para todos los Países Bajos de los mapas y globos de Mercator, los cuales fueron difundidos por todo el mundo gracias a las vastas relaciones comerciales de Plantino (cf. F. de Nave, «Christophe Plantin et les sciences exactes de son temps», en Simposio Internacional sobre Cristóbal Plantino (Madrid, 1990), p. 32). BAM cultivó desde su infancia la afición por la Astronomía, ciencia de moda en su tiempo, en la que lo había iniciado su padre (Arias Montano, Rhetorica, IV, vv. 623-626) y que debemos suponer, a tenor de los testimonios, que también compartía Juan de Ovando, para quien nuestro biblista adquiere algunos de esos instrumentos. De hecho, en la contabilidad de Plantino se registran varias compras de este género por parte de BAM, de las cuales una parte era con seguridad para encargos de sus amigos (cf. Hänsel, Benito Arias Montano. Humanismo y arte en España, p. 223).
Nota: 11 Reinerus Gemma Frisius, nació el 8 de diciembre de1508 en la ciudad holandesa de Doccum, en la región de Frisia, de donde adoptó su segundo apellido. Estudió medicina en Lovaina y allí se establecerá definitivamente hasta su muerte, ocurrida el 25 de mayo de 1555. En Lovaina ejerció como médico y enseñó en la Facultad de Medicina. Obtuvo un gran prestigio como matemático y, en particular, gozó del favor del emperador Carlos V. En 1529 publicó en Amberes una edición de la Cosmographia de Apiano, en cuya segunda edición, corregida y ampliada (1533), introdujo un capítulo en el que por vez primera se explica el método de triangulación para levantamientos topográficos de manera completamente acorde con los métodos de la topografía moderna. El instrumento descrito por Gemma Frisio consistía en un astrolabio modificado que incorporaba un compás. Con ello se posibilitaba la recogida de los datos necesarios para levantar mapas exactos. Su obra De principiis astronomiae et cosmographiae (Amberes, 1530) fue traducida a distintos idiomas y reeditada varias veces. Gemma Frisio diseñó esferas e instrumentos astronómicos que disfrutaron de una gran acogida en toda Europa. Además, fue el primero en sugerir la utilización de relojes o cronómetros para la medición de la longitud en el mar (1553), idea que solo pudo llevarse a la práctica con fiabilidad tras el desarrollo de los instrumentos ópticos y de cronómetros exactos y fáciles de transportar. Entre los múltiples instrumentos diseñados o construidos por Gemma Frisio se cuentan esferas celestes y terrestres, ballestillas, anillos astronómicos, astrolabios y cuadrantes solares y náuticos, todos ellos de prestigio reconocido. La admiración que BAM siente por Gemma Frisio, para quien no escatima elogios, lo mueve a recomendar a su hijo Cornelio Gemma ante el duque de Alba para una plaza de profesor de Medicina en la Universidad de Lovaina. (cf. Codoin, pp. 141, 153, 159-160; Carvajal, «Elogio histórico», pp. 155-156). Una biografía sobre este personaje puede leerse en F. Van Ortroy, Bio-bibliographie de Gemma Frisio, fondateur de l’École Belge de Géographie, de son fils Corneille et de ses neveux les Arsenius (Amsterdam, 1966).
Nota: 12 Juan de Vargas (nacido en 1517) fue hijo del licenciado Francisco de Vargas e Inés de Carabajal y Camargo. Estudió derecho en la Universidad de Salamanca, en donde fue colegial del Mayor del Arzobispo. Después pasó a Oidor de la Chancillería de Valladolid y regente del Consejo de Italia. Tras dejar España perseguido por la justicia, se instaló en los Países Bajos, donde encontró la protección del duque de Alba. Fue miembro del Consejo de los Tumultos, conocido también como Tribunal de la Sangre, que fue instaurado por el duque de Alba en 1567 para juzgar a los rebeldes y atajar la revuelta, siendo uno de los tres consejeros que tenían voz y voto, junto a Luis del Río y a Jerónimo de Roda, y sin duda el que mayor influencia ejercía sobre el duque de Alba. En pago a sus servicios el duque intentó anular los pleitos pendientes contra él, uno de los cuales le acusaba de haber violado a una pupila, e incluso lo recomendó para una plaza en el Consejo de Estado de los Países Bajos; cf. W. Maltby, El gran duque de Alba. Un siglo de España y de Europa, 1507-1582 (Madrid, 1985), pp. 187-188. En 1572 se ordenó a Juan de Vargas sacar de los Países Bajos los valiosos libros y manuscritos adquiridos por BAM para El Escorial y transportarlos a Milán, empresa finalmente suspendida (cf. nº [1572 11 01]). Tras la furia española de finales de 1576 Vargas informó negativamente de las impresiones de Plantino para el gobierno local: «Está corrompido por completo; se dice que imprime en su taller toda clase de libros heréticos y que pone gran cuidado en ellos, como en la impresión de la Sagrada Escritura»(citado en Clair, Cristóbal Plantino, p. 190). Cf. J. A. Álvarez y Baena, Hijos de Madrid, ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes, 4 vols. (Madrid, 1789-91), en ABEPI, I 987, 252-254; J. Versele, «Juan de Vargas», en Real Academia de la Historia, Diccionario Biográfico electrónico (en red, https://dbe.rah.es/biografias/70276/juan-de-vargas).
Nota: 13 En la donación, fechada a 1 de marzo de 1597, que BAM hace a Pedro de Valencia y a Juan Ramírez menciona tres astrolabios: «uno latino grande, muy rico», que debe ser el que refiere en esta carta,«e otro hebraico y otro arábico». Seguramente los tres fueron comprados durante su estancia en Flandes. Su colección de instrumentos de astronomía incluía además «una esphera de metal con su pie fijo. Un glovo çeleste de plata con su pie fijo e arçillos dorados. Dos glovos grandes, çeleste y terrestre, de Gerardo Mercátor. Otros dos glovos pequeños de Genma Frigio, con sus caxas de madera»; cf. Gil, Arias Montano en su entorno, p. 289.
Nota: 14 D. Diego Fernández de Córdoba, tercer marqués de Comares, señor de Espejo y Lucena. Fue gobernador de las fuerzas de Orán y Mazarquivir. Casó con doña Juana Folch de Cardona y Aragón, duquesa de Cardona. D. Diego de Córdoba es uno de los asiduos personajes del cortejo que rodea al rey, y en ese papel quedó inmortalizado en la comedia de Pérez de Montalbán Segunda parte del Séneca de España. El personaje D. Diego que aparece allí no es otro que el marqués de Comares, quien se sorprendía tanto en la ficción teatral como en la vida real de que el rey pasara tanto tiempo entre papeles sin preocuparse por su propia salud.
Nota: 15 Melchor de Herrera nació en Madrid en 1524. Tercer hijo del alcalde de casa y corte Fernán Gómez de Herrera, tras la muerte de este marchó a Italia hacia 1550. En Milán lo encontramos años más tarde bajo las órdenes del duque de Sessa, capitaneando en 1559 una compañía de caballería ligera de 102 soldados. De vuelta en Madrid, Melchor de Herrera buscó el favor del partido ebolista. Quizá gracias a la recomendación del duque de Sessa pudo arrimarse y ganar la confianza de Ruy Gómez de Silva, al tiempo que se convertía en hombre de negocios y culminaba su encumbramiento económico y social. En 1565 fue elegido para ocupar la dirección de la Tesorería General de la Corona de Castilla. En diciembre de 1572 adquirió las villas de Auñón y Berninches, con sus vasallos y jurisdicción, hasta entonces pertenecientes a la Orden de Calatrava. Su salida de la tesorería general, en marzo de 1575, tuvo lugar cuando se cernía la posibilidad de la suspensión de pagos. Juan de Ovando, que desde principios de 1574 ejercía de presidente del Consejo de Hacienda, aunque no contara con el título pertinente, habiendo advertido que la integridad y fidelidad de Auñón no eran completamente de fiar, afirmaba que no era el hombre adecuado para ocupar tan importante oficio, y si bien estimaba conveniente apartarle de la Tesorería, también creía Ovando oportuno que continuara como miembro del Consejo de Hacienda. Las murmuraciones y sospechas sobre la integridad de Auñón acabarían desembocando en un dilatado procesamiento que el propio Herrera fue demorando año tras año hasta 1585 a fuerza de hacer donaciones a las arcas reales y préstamos poco ventajosos para sí. La pérdida de influencia fue aparejada los últimos años de su vida a una fortuna menos favorable, quizá agravada por la desmedida afición a los naipes, como demuestran las disposiciones sobre la venta de bienes muebles que fue añadiendo a su testamento sucesivamente hasta su muerte acaecida el 20 de febrero del año 1600. Cf. Martínez Millán, La corte de Felipe II, pp. 381 ss.
Nota: 16 Son constantes en la correspondencia de BAM los encargos de obras de arte para Juan de Ovando, Luis Manrique, Zayas, Treviño, Lastanosa, Diego Díaz Becerril, Luis de Velasco, Sebastián Santoyo y otros (cf. Codoin, pp. 128, 134, 291, 295 y 298). Recordemos además que BAM estuvo en contacto con numerosos artistas flamencos que mantenían relaciones comerciales con Plantino. Algunos de ellos colaboraron con nuestro propio humanista en la ilustración de sus libros, llegando a entablar una buena amistad, como es el caso del pintor antuerpiense Pieter van der Borcht, quien traza los frontispicios para la Biblia Políglota y dibuja las ilustraciones para los Monumenta humanae salutis. Asimismo gozó de la amistad de otro pintor originario de Malinas, pero afincado en Amberes, Crispín van den Broeck. En la contabilidad de Plantino (MPM, Arch. 16) se registran cuatro pagos a este pintor por cuenta de Montano. Pero, sin lugar a dudas, la colaboración más estrecha tuvo lugar con el grabador Philips Galle, con quien preparó entre 1572 y 1575 varias series de grabados (Virorum doctorum de disciplinis benemerentium effigies; Diuinarum nuptiarum conuenta et acta; Christi Iesu uitae admirabiliumque actionum speculum; y Dauid).
Nota: 17 El 23 de febrero de 1569 aparece registrado en el libro de cuentas de Plantino (MPM, Arch. 16, ff. 34 y 88) que BAM compró una «sphere du cuivre de Gemma», por cuyo pedestal se hace un pago el 8 de marzo a un ebanista de nombre Jan (cf. Hänsel, Benito Arias Montano. Humanismo y arte en España, p. 223).
Nota: 18 Doña Mariana de Córdoba, esposa de D. Fadrique Enríquez de Ribera, marqués de Villanueva del Río, era hija de D. Pedro Dávila, primer marqués de las Navas, y de D.ª María de Córdoba. BAM siente debilidad por esta señora a la que le une una estrecha amistad y en cuya casa parece haberse hospedado por algún tiempo (cf. 1569 07 09).
Nota: 19 Guy Le Fèvre de la Boderie, poeta y filósofo francés, colaborador de la Biblia Políglota especializado en lenguas orientales. Nació en el castillo de la Boderie (Normandía) el 9 de agosto de 1541. Sus comienzos son mal conocidos; después de su etapa en Falaise, se marcha a Caen, a París, a Lyon y a Mâcon. Pero más significativos que sus itinerarios son sus etapas intelectuales: frecuenta asiduamente círculos poéticos durante su infancia; estudia matemáticas en su adolescencia; se decanta por el estudio de la filosofía y las lenguas orientales en su madurez. El encuentro con Guillermo Postel hacia finales de 1562 será determinante para su formación como orientalista, en hebreo, sirio y árabe; así como para la temática de toda su obra poética posterior. En el Collège de France, donde es discípulo de Postel, muy pronto se convierte en su alumno predilecto. Y por recomendación suya se marchará a Amberes, con su hermano menor Nicolás, para ayudar a BAM con la Políglota (1568-1572). Más tarde fue secretario y traductor de Francis, duque de Anjou y Alençon. Después de la muerte del duque se retiró a Normandía. Entre sus trabajos recogidos en la Políglota debemos mencionar su traducción latina del Nuevo Testamento sirio, el diccionario siro-caldaico, colaboró igualmente en la revisión de la traducción que Santes Pagnino hizo del Antiguo Testamento, ayudó a los censores de Lovaina a revisar el Nuevo Testamento completo, así como otros trabajos de menor importancia. Cf. Dictionnaire des lettres françaises publié sous la direction de Mgr. G. Grente. Le 16me siècle, 1951, pp. 436-437; A. Cioranesco, Bibliographie de la littérature française du seizième siècle (París, 1959), p. 421; GC, I, 63 y 367.
Nota: 20 Plantino contaba con un notable equipo de colaboradores entre los que se hallaban los correctores asiduos en su casa, Cornelio Kiel, Antonio Spitaels y Teodoro Kemp, quienes iban a trabajar en la corrección de la Políglota bajo la dirección de Francisco Rafelengio, que acababa de convertirse en yerno de Plantino el 23 de junio de 1565. Rafelengio, que dominaba todas las lenguas bíblicas, había dirigido ya la edición de la Biblia hebrea de 1566. Además dos doctores de Lovaina, Agustín Huneo y Cornelio Reyneri de Gouda, junto con el licenciado Juan Willems Harlemio, versado en lenguas orientales, se encargarían de examinar los textos antes de imprimirlos, en calidad de censores nombrados por la Facultad de Teología de dicha universidad. Estos profesores desempeñaron con tanto celo su trabajo, que serían considerados auténticos colaboradores de la Políglota. Y de hecho, Harlemio en colaboración con Guy Le Fèvre verificó palabra por palabra la versión siria del Nuevo Testamento durante tres meses, según lo declara el propio Le Fèvre en el prólogo al volumen quinto.
Nota: 21 Plantino había ido reuniendo desde tiempo atrás los caracteres apropiados para una obra de esta índole. En diciembre de 1566 escribía a Zayas que había estado adquiriéndolos «a costa de tantos trabajos y dineros que ya no podía ponerles precio». Esos caracteres hebreos a los que BAM se refiere en esta carta fueron obra del famoso creador parisiense Guillermo Le Bé. Se trata de unas matrices mayores que no aparecen en el Index Characterum que publicó en 1567; pero tampoco los registros plantinianos mencionan esta compra. Sin embargo, en un album de caracteres de G. Le Bé, acompañado de notas autógrafas del grabador, que se conserva en la Biblioteca Nacional de París, se puede leer al frente de una plancha de muestra la siguiente anotación: «Ceste glose faicte à Paris, 1574, par moy, est la 14e lettre, et le texte fait sur l’eschantillon de la précédente pour la grosseur, mais d’un meilleur art. Et du présent a esté imprimée la Grande Bible de Anvers par Plantin, auquel j’en vendis une frappe». Para los tipos menores de hebreo, que se emplearían en las paráfrasis caldaicas y en la transcripción del texto sirio, utilizó las matrices adquiridas de Cornelio Bomberghen en 1567, tras la disolución de la sociedad. Cf. Rooses, Christophe Plantin (Bruselas, 1883), pp. 119-120 y Clair, Cristóbal Plantino, p. 113.
Nota: 22 Esa forma árabe con el significado de «discípulo» que BAM suele añadir a su rúbrica a partir de su traslado a Flandes debemos entenderla como una pequeña excentricidad de orientalista, algo similar al ex libris de su maestro Cipriano de la Huerga. Por supuesto BAM no llegó a declarar nunca el motivo que lo impulsó a añadir esa coletilla o el sentido oculto que ello pueda encerrar. Pero, como ha sugerido el profesor Juan Gil (Catálogo de la exposición «Arias Montano y su tiempo» (Badajoz, 1998), p. 107) con la perspicacia que le caracteriza para descifrar enigmas, tal vez la clave podamos encontrarla en la carta que el 31 de mayo de 1571 le escribe a Gabriel de Zayas: «Vuestra merced me había prometido de excusarme del título del grado, y hase olvidado; cierto no me cuadra, que aun el de discípulo no merezco, que hasta esto hago mal, que no deprendo como debría»(cf. 1571 05 31). Y en esa misma idea ahonda todavía de forma más explícita en otro pasaje de la Epistola dedicatoria que puso al frente de su primera obra, Commentaria in duodecim prophetas, en el que declara que había resuelto pasar toda su vida entregado al aprendizaje y al estudio como un discípulo: «Atque equidem per id tempus mihi tantum meoque animo prospicere ac sapere cogitabam, ac per omnem prorsus uitam discipulum agere constituebam; ob eamque rem, ex hominum frequentia remotus, in solitudines discesseram, ubi sacrorum lectioni librorum assiduam et perpetuam operam darem». En cualquier caso esa licencia no pasó desapercibida para sus coetáneos, y fue utilizada desde su ignorancia por León de Castro para acusarlo de firmar públicamente como «rabí» (cf. Carvajal, «Elogio histórico», p. 83).
Nota: 23 Juan del Caño, amigo de Arias Montano, era natural de Andújar, donde nació en 1521. Comenzó sus estudios de Gramática en Salamanca siendo discípulo del maestro León de Castro, a quien sustituye en sus clases de griego, en su casa y probablemente en el Colegio Mayor de Oviedo. Años más tarde tendrá que enfrentarse a su maestro en varias ocasiones por la pasión que León de Castro ponía en defender sus opiniones y puntos de vista sobre las Sagradas Escrituras, y muy especialmente con ocasión del hostigamiento incansable que el maestro León realizó contra la Biblia de BAMo. Poco después de 1546, sin salir de Salamanca, Juan del Caño entra al servicio de don Juan de Quiñones. A comienzos del curso 1550/51 se incorpora a la Universidad de Santiago de Compostela, donde, según su propio testimonio, leyó cuatro años la cátedra de Sagrada Escritura; es decir, hasta el curso 1553/54. El 17 de octubre de 1554 tienen lugar sus oposiciones a la cátedra de Sagrada Escritura de la Iglesia de León. El año de 1560 BAM lo pasó cumpliendo su año de noviciado en San Marcos de León, y es por entonces cuando el de Fregenal incluye en sus Rhetoricorum libri quattuor, IV, vv. 1.065-1.095 un entusiasta elogio del magisterio bíblico de Juan del Caño poniéndolo por modelo de oradores y eximio biblista. En 1577 Juan del Caño se trasladó definitivamente a Salamanca para ocupar la prebenda dejada libre en aquella Iglesia por el maestro Francisco Sancho. Prosiguió entonces su magisterio en la Iglesia y Universidad de Salamanca y continuó desempeñando su papel de árbitro en las disputas bíblicas. Murió en 1583, probablemente en Salamanca, donde ejercía por entonces como profesor de Sagrada Escritura. Cf. G. Morocho Gayo, «Juan del Caño, maestro de biblistas», en Humanismo y pervivencia del mundo clásico. Homenaje al profesor Luis Gil (Cádiz, 1997), II. 3, 1361-1378.
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