[1] La carta que de Vuestra Magestad recibí fecha en VI de agosto hizo en mí los efettos que la palabra de un rey christianíssimo y affecionadíssimo a la piedad, culto divino y bien público puede hazer en el ánimo de un criado suyo obligado por professión y studio al servicio de la religión, y por ley divina y affeción propria al honor, obediencia y servicio de su rey. [2] Porque allende de me dar ánimo y sperança para salir con qualquiera1 empresa que conforme a la flaqueza de mis fuerças se me huviere impuesto, me exorta al cuydado y studio de lo que devo hazer, admirando el exemplo que en esto Vuestra Magestad me da en tener cuenta con avisarme y encargarme lo que yo de mío devo tener muy a cargo, que me haze esto cierta la vigilancia de Vuestra Magestad acerca de todas las cosas con aquel spíritu que Dios communica a los príncipes que de veras2 conocen y hinchen bien la plaça en que Él3 los tiene puestos. Él lo accreciente en Vuestra Magestad para governarlo todo, y en sus criados la industria y lealtad para executarlo como conviene.
[3] A la grandeza y autoridad desta obra y al nombre de Vuestra Magestad y a la mayor policía que en estos tiempos hay y espero adelante havrá en el estudio de la Divina Scrittura, pareció convenir no solamente sacar la Biblia de aquella infancia de4 AA. y BB etc.5 en que se havía sacado a luz la que el cardenal imprimió, sino ampliarla también en spacio de colunas y renglones, que se leen con más descanso y tienen6 más decoro, y adornarla con los mejores charatteres que se pudiessen usar conforme a la propriedad de las lenguas, y desembaraçarla de muchas abreviaturas que en lo griego y en lo latino havía, que por ahorrar carta gastavan el tiempo y alguna vez la paciencia de los lettores. [4] Y ansí después de haver impresso el primer pliego en quatro formas que parecían más appropósito para este intento, aggradó summamente la que Vuestra Magestad verá que embío7 con esta por ser más hermosa y más útil que las demás, y salir con tanta gracia que me parece promette claridad y facilidad en la lección y conocimiento de las lenguas.
[5] Los de Lovayna me rogaron effettuasse con Plantino que empleasse en una obra como esta las mejores formas de letras que se pudiessen haver, y los del Consejo Privado de Brusselas que entienden destas lenguas me pidieron hiziesse también procurar el mejor papel que se pudiesse hallar. Y cierto he conocido en Plantino grande affeción8 al servicio de la Iglesia y de Vuestra Magestad, porque emprendió9 a cortar10 nuevos characteres hebreos y salieron los mejores y más distinctos y grandes que hasta hoy se han visto. [6] Y puesto que le haya de costar mucho más la obra se animó con el favor de Dios y de Vuestra Magestad a hazerla11 en dos planas como va, y en tres suertes de papel, y añadió otro papel para hazer media dozena dellas con anchíssimo margen.
[7] Demás desto en la corrección y diligencia hay grande ventaja en lo que está hecho sobre quanto hasta aquí havemos visto impresso. Y una cosa sale12 entre otras muchas en nombre y loor de Vuestra Magestad, que es el paráphrasis chaldeo con la pronunciación y puntuación13 verdadera y cierta conforme a la scrittura de Daniel, que es cosa desseada antes de todos los dottos, y tentada por algunos dottíssimos, y no cumplida hasta agora. Espero en Dios que Vuestra Magestad dará a la Iglesia una Biblia que en quanto a perfección de Biblia en todas lenguas de erudición no haya qué dessear. [8] Y en quanto a los adherentes que después terná, será biblioteca entera para los studiosos de la Divina Scrittura, de los quales no tratto agora porque, quanto a lo primero, queremos sacar la Biblia pura en sus lenguas y después en lugar cómmodo poner las cosas que han de ser para su ornamento e intelligentia. En la que escrivo al secretario Çayas tratto algo más que aquí desto, por no cansar a Vuestra Magestad con cosas particulares.
[9] Por la obligación que tengo a la christiandad y sacerdotio que he professado y al servicio de Vuestra Magestad, a que totalmente estoy dedicado y devo siempre attender, allende de la causa particular y ministerio a que soy embiado a esta tierra, he tenido cuenta con considerar lo que acá passa en las cosas públicas tocantes a la religión y a la buena o siniestra andancia del pueblo y a la obediencia y servicio que a Vuestra Magestad como a su príncipe se deve, en lo qual todo ha havido tanta desorden estos días, permittiéndolo Dios por culpa de los hombres.14 [10] Creo y interpreto de la divina misericordia que haya sido esta permissión más para despertar al remedio y enmienda que para castigo cumplido, porque las vittorias que por sola su gracia ha dado a la mejor parte dan a entender que no nos tiene desechados, sino hostigados para que miremos lo que nos cumple. [11] Y como después del servicio y zelo que a la causa de Dios y de mi rey devo, es razón también que como hombre y christiano tenga por proprio15 qualquiera accidente próspero o adverso de mis hermanos, hijos de un mismo Dios y criados en una Iglesia y debaxo del amparo de un príncipe juntamente comigo, y de solo este consejo y propósito supplico humilmente16 a Vuestra Real Magestad sea recibido el moverme a dezir muy brevemente algo de lo que entiendo. Y no de attrevimiento que yo tome a trattar lo que no se me ha mandado y que otros entienden mucho mejor que yo y con palabras, escrittos y obras trattan muy de veras17 para dar noticia a Vuestra Magestad y procurar el remedio y buen orden que en ello se requiere. Y si se ha de interpretar a attrevimiento mío, confiesso que no nace de mi ingenio y condición, que en todo me conozco por tan corto como [f. [2r]] en la persona lo soy, sino procede del ánimo y aliento que la real humanidad de Vuestra Magestad pone a quien de veras18 le dessea servir. [12] Y ansí ni lo que refiriere quiero sea tomado como de quien muy bien lo alcança ni lo que añadiere a tal propósito pretendo se siga por cosa mía, aunque en algo acierte, sino todo lo reciba Vuestra Magestad en nombre de un criado que le parece no cumple con lo que deve, si no sirve en todo lo que él puede hazer de su parte, aunque no sea de momento.
[13] Su Magestad, yo he considerado que el estragamiento de los días passados ha traýdo la corruptión de los presentes, cuyo remedio no está en cortar solamente lo dañado de agora, sino mucho más en preservar y proveer a lo por venir. [14] Lo que he visto y considerado ansí de bien como de mal frisa mucho con la observación de la Divina Escrittura, cuyos discursos son el verdadero spejo de todos los acaecimientos que en el mundo puede haver. No lo referiré a sus exemplos porque entiendo no es menester aquí hazerlo.
[15] El estragamiento passado, cuyo olor hasta agora aún dura, ha sido en dos órdenes de personas, la una fue los magistrados y juezes, que, según entiendo, han sido molestíssimos al pueblo, por la grande negligencia que tenían en conocer cúyo fuesse el derecho en las causas que ante ellos venían, y la floxedad en alargar las lides y pleytos con grande costa y perjuizio de los pleyteantes, y la iniquidad con que al fin concluýan los negocios entregando el derecho las más vezes a cuyo no era, o vendiéndolo a cuyo era proprio por cohechos secretos y muchas vezes públicos; porque esto de la avaricia era tan común y tan abierto, que el que no la usasse era tenido por inhábil y apocado. Iuntamente se allegava a esto el castigar los delittos que perturban el sossiego público que se hazía raras vezes y mal, por negligencias o otros fines que por abreviar no declaro. [16] De donde el pueblo, que suele sustentarse en su ser con el uso de la iusticia y equidad, viéndose falto desto, se pudo fácilmente persuadir y dexar llevar de quien con alguna apparencia de autoridad y facultad le promettiesse que, siguiéndolo, le mudaría este estado en otro de mejor orden de vida y república. Y esto se vee porque el primer designo que los desventurados tenían era hazer primeramente ímpetu contra las personas y casas y haziendas de los magistrados.
[17] El otro estragamiento grande era en los ecclesiásticos, cuyo ministerio y exemplo, si son como conviene, puede contener el pueblo en officio y obediencia, no solo siendo los magistrados buenos, sino aunque sean intolerables; porque les predican la paciencia y suffrimiento, y les dissuaden de trattar novedades como cosa perniciosa a ellos mismos y aborrecida de Dios, y les persuaden a conservar la paz, aunque sea a costa de sus haziendas y vidas, como virtud muy amada de Dios, cuyo temor les mantienen en los coraçones predicándoles perpetuamente buena dottrina y sana y pura palabra de Dios. [18] Y quando los sacerdotes no son tales, tiene nuestro enemigo grande opportunidad de desarraygar el temor de Dios de los coraçones de los hombres y, quitado este, no bastan todas las leyes y magistrados otros para tener la muchedumbre que no corra al mal a que es de suyo inclinada; quánto menos bastarán19 quando hay falta de buenos magistrados y las leyes duermen.
[19] En esta parte entiendo no haver havido mejor prueva que en la otra, porque hablan siempre con honor y permissión de los buenos. Todos los más de los ecclesiásticos han sido por la menor tacha ignorantes e inútiles para el ministerio en que estavan puestos. Y no pudiendo o no queriendo los que podían usar fielmente unos de pastores y otros de perros fieles y cuydadosos para guardar, defender y apacentar el ganado que por Dios y su Yglesia y príncipe les era encomendado, sino durmiendo ellos o buscando y trattando sus commodidades, dieron largo lugar a que entrassen ladrones con professión de pastores y lobos con nombres de perros, los quales en tocando con solo el huelgo a las ovejas les pegavan ravia y las hazían bolver contra los perros y pastores primeramente, de20 los quales (si Dios y la buena providencia de Vuestra Magestad no socorriera) en breve tiempo no quedara ninguno, y luego tras desto dieran unas contra otras y se comieran y destruyeran, de donde se siguieran muchos daños contra el honor de Dios y en grande perjuizio destos Estados y descontento de Vuestra Magestad y perdición de muchas ánimas. [20] Benditto sea Él que con la buena prouisión y cuydado de Vuestra Magestad ha començado a applacar su yra y desbaratar tantos daños, en el qual espero que prosiguiendo Vuestra Magestad lo assentará y allanará todo y pondrá en mejor estado que antes.
[21] Tres partes parecen muy a propósito conforme al exemplo de la sagrada y profana historia y a la razón y esperiencia y al conocimiento de los ingenios y condiciones de la gente desta tierra para el remedio de lo presente y providencia de lo venidero.
[22] La una es que, echados de la tierra parte de los autores y trujamanes destos alborotos y parte, los que más culpados fueren, castigados con exemplo conforme a Iustitia, los que fueron induzidos, forçados o engañados, o más por temor o ignorancia que por abierta malicia erraron, sientan la clemencia de su rey, que en esto como en lo demás dessea imitar a Dios con un perdón discreto, de manera que sea con frutto y ellos entiendan y conozcan el bien que se les haze y queden hostigados para adelante.
[23] La otra es que Vuestra Magestad provea con sus consejos cómo al presente se reformen los magistrados y para lo futuro se críen hombres de buena esperança para juezes y officiales, que estén enseñados desde pequeños a amar la justicia y aborrecer la avaricia y ambición, que para esto Vuestra Magestad sabrá hazer buenos discursos y poner órdenes quales convenga.
[24] La tercera, que Vuestra Magestad haga y mande ordenar seminarios de ministros ecclesiásticos en sus universidades, como es la de Lovaina, de los quales haya abundancia ansí para curas como para prelados, pues hay tam21 buena commodidad en aquel lugar para, accrecentando las dotaciones de los collegios y cáthedras, criar muchos y muy buenos en que se pueda escoger para cada parte lo que cumple. Y en consequencia desto, poner orden y concierto en todo el negocio y estado de las letras y librerías e impressiones y libreros.
Benito Arias Montano تلميد