[1] El thesoro de la doctrina de toda la religión christiana está en la Divina Escriptura; y el príncipe que professare christiandad y zelo de la religión deve hazer gran fundamento en que sea venerada y entendida y obedescida en sus reynos; y assí como instrumento para tanto bien la deve favorescer, zelar y adornar con su exemplo y auctoridad, procurando que se afficionen a ella los hombres, haziendo por su parte todo lo possible para este fin; y assí como por defensa della y de su auctoridad, como cosa tan excelente qual es la palabra de Dios, si fuesse menester, avía de poner su estado y persona y hazienda, haziendo de sí y de todo sacrificio a Dios, en defensa de su sancta palabra; assí también en qualquier occasión que se offresciesse de adornarla, o conservarla, o ampliar el uso della, es muy de cathólico rey ser el primero y que más favor y ayuda para tal fin ha de dar. [2] En la misma Sagrada Escriptura están muy encomendados a los reyes los libros de la Ley de Dios,1 y mandado que qualquiera rey, luego que tome la possessión de la corona, haga copiar un traslado para sí, y que él lo lea y lo haga leer todos los días de su vida; y házense grandes promessas y bendiciones al rey que desto tuviere cuydado.
[3] Dexando aparte lo que muchos reyes zelosos de la religión y christianos, y aun gentiles, cerca desto han hecho, en nuestra memoria sabemos que el rey Francisco de Francia buscó un famoso impressor, y le dio favor y ayuda para que se aventajasse mucho; y todo fue a fin que imprimiesse Biblias estremadas. El qual, a costa del dicho rey y a su aprovechamiento, solo imprimió seis suertes de Biblias latinas, y dos de hebreas, y tres de Testamentos Nuevos griegos; en que se pudo hazer costa de más de quinze mill2 ducados al rey; y son las mejores que hasta agora tenemos.[f. 6v]
[4] Ptolomeo Philadelpho, rey de Egipto, con ser gentil, por el desseo que tuvo de ver traduzido en griego el Pentateuco de Moysén, gastó una suma excessiva de oro en la comodidad y gratificación de los Setenta intérpretes, allende de la grandeza de los presentes que embió al templo y a Eliazar sacerdote, para que le cumpliesse aquel desseo, lo qual escriven Eusebio y Aristias, que fue embaxador a Hierusalem sobre este negocio.
[5] Pues offresciéndose comodidad y occasión fácil a Su Magestad de poner con poca costa suya la Biblia quinquelingüe en la mayor perfectión que se puede esperar, obra es digna de un tan gran nombre como el suyo, y de una professión y arreo de tan cathólico Príncipe, que muestra serle tan a cuydado y tan caro este negocio como uno de los que Su Magestad tiene por más importantes para el servicio de Dios, y augmento de la Christiandad, y honor de la Yglesia Cathólica, y aprovechamiento de los fieles della e impedimento de los heréticos; que entiendan no estar descuydados los buenos reyes de la guarda y defensa del thesoro de su religión. [6] Y demás que se terná por beneficio público de Su Magestad, como si lo hiziera él de fundamento, por haver tan pocos en la Christiandad destos libros, y ser tan desseados de todos,3 saldrá muy más illustre esta obra por llevar tanto fundamento y tanta perfectión de characteres, y con el supplemento de una tan gran cosa que al Viejo le faltava, como era el thargum de Jonathan y el de UzielJonathan ben Uziel y el de José el Ciego, que son los dos cuerpos chaldeos, interpretados en latín, que están en Alcalá de Henares, libros ambos que antes de Christo Nuestro Redemptor tenían auctoridad de texto entre los hebreos, y cuyas palabras están alegadas en el Evangelio y en las Epístolas de Sanct Pablo, y es un thesoro más rico que nadie puede encarescer.[f. 7r]
[7] Demás del servicio de Dios y provecho de la Yglesia universal, resulta también de aquí una gran gloria al real nombre de Su Magestad y a la estimación y reputación de su persona. La qual se estenderá por todo el mundo, y permanescerá por muchos siglos, porque este libro será comprado de christianos latinos,4 y de christianos griegos, y de christianos syros, que entienden las lenguas hebrea y chaldea y syriaca, y de todos los hebreos, que se han de afficionar a la magestad y gran provecho de la obra. [8] Y sepa Su Magestad por cosa cierta que es de tanta estima este libro, que ninguno piensa que tiene librería ni que vale nada sin uno dellos, aunque no entienda las lenguas. Y se compran muy caros y faltos de algunas partes y quadernos. Pues quando salgan con tal perfectión, bien se dexa entender en quanto más serán estimados y quanto de mejor gana se comprarán.