Sobre esta edición

 

Retrato de Benito Arias Montano. Pedro Pablo Rubens,1633. (Collectie Stad Antwerpen, Museum Plantin-Moretus, MPM V.IV.056; fuente de la imagen: Museum Plantin-Moretus Online Collection)

Benito Arias Montano nació en Fregenal de la Sierra (Badajoz, España) en algún momento entre 1525 y 1527. Cursó estudios en las universidades de Sevilla y Alcalá, donde concluyó su formación teológica en 1552. En 1560 ingresó en la aristocrática Orden de Santiago y, dos años más tarde, fue seleccionado por el obispo de Segovia, Martín Pérez de Ayala, para formar parte de la delegación española en el Concilio de Trento. Su brillante intervención en dicho concilio le valió el nombramiento como capellán de Felipe II.

Sin duda, el logro más significativo de Arias Montano fue la dirección de la Biblia Regia (conocida también como la Políglota de Amberes), encargada por Felipe II al impresor Cristóbal Plantino. En 1568 se trasladó a los Países Bajos, donde se dedicó a la edición y supervisión de esta colosal obra. No obstante, sus actividades no se limitaron a la Biblia Políglota: entre 1569 y 1571 coordinó la elaboración de los catálogos de libros prohibidos y expurgados bajo la supervisión del duque de Alba; a lo largo de los siete años que pasó fuera de España, adquirió, por orden real, libros y manuscritos destinados a la recién fundada biblioteca del monasterio de San Lorenzo de El Escorial; y, a partir de 1571, supervisó la administración y la impresión de los libros litúrgicos (breviarios, misales, diurnales y libros de horas) que Plantino publicó para la Corona española en virtud de un contrato firmado con Felipe II. Arias Montano también tuvo un papel activo en importantes decisiones políticas adoptadas por el monarca, quien valoraba en gran medida el consejo de su capellán.

En julio de 1576, Arias Montano regresó a España y, en marzo del año siguiente, llegó a El Escorial para organizar y catalogar la Real Biblioteca. Esta labor se extendió hasta 1592 y supuso cuatro estancias en el monasterio, interrumpidas por períodos de retiro en La Peña de Aracena, así como por diversas misiones oficiales. En 1592 regresó a Sevilla y permaneció en Andalucía hasta su fallecimiento el 6 de julio de 1598.

Arias Montano encarna el ideal del humanista del siglo XVI. Sus intereses fueron variados e incluyeron la botánica, la geología, la física, la medicina, la arquitectura y la pintura. Escribió tanto en prosa como en verso y, como teólogo y biblista, produjo una serie de obras exegéticas, traducciones latinas de la Biblia y tratados teológicos en prosa; sin embargo, su asombrosa fecundidad poética lo llevó igualmente a componer grandes obras líricas, poemas didácticos en hexámetros y traducciones en verso. Bibliófilo infatigable, aprovechó sus vínculos con la imprenta plantiniana para gestionar valiosas adquisiciones de libros destinadas a un círculo humanista en el que figuraban destacados representantes del Siglo de Oro español, como Francisco Pacheco y Fernando de Herrera. Dotado de un extraordinario talento lingüístico, además de dominar el latín, el griego y el hebreo, poseía un amplio conocimiento de varias lenguas modernas, entre ellas el italiano y el francés, en las cuales redactó diversos documentos. El conjunto de sus notables capacidades intelectuales encontró su máxima expresión en la que fue su obra más trascendental: el texto literal de la Biblia.

El proyecto de editar toda la correspondencia de Arias Montano ha frustrado a muchos investigadores durante el siglo pasado. En cuanto a la ubicación de nuevas cartas, la dificultad más importante es la extrema dispersión del material. Las principales canteras de las cartas de Arias Montano son tres archivos cuyo eje geográfico atraviesa Europa de norte a sur: Biblioteca Real de Estocolmo, Museo Plantin-Moretus de Amberes y Archivo General de Simancas (Valladolid, España). En estos tres puntos se conserva aproximadamente el sesenta por ciento de las cartas conocidas de Montano, pero para llegar al resto de las cartas hay que visitar archivos repartidos por todo el país, así como portugueses, italianos, holandeses, belgas, polacos, británicos y estadounidenses. En cuanto a la fijación del texto, también es una tarea penosa reunir todas las fuentes posibles (manuscritas o impresas) de cada carta. Además, debemos enfrentar el último desafío, a saber, la dificultad paleográfica de parte de esta correspondencia, especialmente los borradores. Cierto es que conocemos ya varios centenares de cartas publicadas en artículos y colecciones de distinta cronología y de calidad también diversa, y que tenemos incluso noticias de que en tal o cual archivo hay cartas inéditas. Pero hasta ahora no ha visto la luz una edición conjunta y moderna de esta correspondencia que, sin duda, resulta necesaria para el conocimiento cabal del humanismo hispano-flamenco del XVI. Y si hacemos balance, resulta que durante el siglo XIX se publicó más epistolario de Arias Montano que en el pasado siglo XX: del XIX son la monografía de Carvajal, la Colección de documentos inéditos para la historia de España, parte de la Correspondance de Christophe Plantin, y las cartas de Ovando y Ortelio editadas por Jiménez de la Espada y Hessels, respectivamente.

También hay que decir que si no ha aparecido ya una edición de este epistolario no ha sido por falta de intentos: sabemos que Luis Morales Oliver, en los preparativos de su Arias Montano y la política de Felipe II en Flandes, de 1927, planeó visitar varias bibliotecas europeas en busca de nuevas cartas; en cualquier caso, solo empleó como materia prima de su monografía tres cartas inéditas (dos de ellas están en el Instituto de Valencia de don Juan y una en la Universidad de Sevilla). Quien puso verdadero empeño en recopilar y publicar la correspondencia de Montano fue el romanista holandés Ben Rekers, que publicó dos catálogos de cartas montanianas en 1960 y 1973. Sus catálogos son punto de partida obligado para cualquier nueva prospección. A mediados de los ochenta, el profesor Antonio Holgado diseñó también un ambicioso proyecto de edición del epistolario montaniano a partir de un variado material que recibió de la Fundación Universitaria Española por mediación de Gregorio de Andrés; por esas mismas fechas compartía afanes con Holgado el romanista de la universidad de Pisa Danielle Domenichini, que publicaba varias cartas inéditas y anunciaba en uno de sus artículos que estaba terminando de recopilar el epistolario del humanista español. A mediados de los años noventa del siglo pasado, los profesores Juan Gil, de la Universidad de Sevilla, y José María Maestre, de la Universidad de Cádiz, tomaron el testigo de Holgado, imprimiendo un gran impulso a sus planes. Este impulso se ha materializado en la codirección de las dos tesis doctorales que aportan más cartas inéditas desde las grandes colecciones del XIX: primero, la edición de Baldomero Macías de la correspondencia del manuscrito de Estocolmo en torno a la Políglota, publicada en 1998; y segundo, en 1999, la tesis doctoral de quien dirige este proyecto titulada La correspondencia de Arias Montano conservada en el museo Plantin-Moretus de Amberes. Otros miembros del grupo «Elio Antonio de Nebrija» como Luis Charlo y Enrique Morales han seguido publicando a lo largo de la primera década este siglo nuevas cartas de Montano (véase la página relativa a las Publicaciones). En los años 2017 y 2022 han visto la luz los dos primeros volúmenes impresos de la correspondencia de Arias Montano editados por Juan F. Domínguez Domínguez, que incluyen las cartas de Montano del período que va desde 1560 a 1572, con gran profusión de notas y apéndices, y que anuncian la continuidad del proyecto en los próximos años. Nosotros saludamos sinceramente esta nueva edición impresa, porque, como se desprende del recorrido bibliográfico de este párrafo, la figura de Benito Arias Montano es tan grande y su epistolario tan abigarrado que merecen -y seguramente necesitan- más de un editor.

Lo que importa, al fin y al cabo, es que todos estos esfuerzos renovados a partir de finales del siglo XX cuajen, tarde o temprano, en la tan anhelada edición conjunta de la correspondencia de Arias Montano que, como se deduce de las líneas anteriores, ha sido y sigue siendo una tarea compleja y un verdadero reto filológico. La propuesta de nuestro equipo, partiendo de las múltiples cartas de Montano ya editadas en nuestras publicaciones anteriores en papel, es reunir en una edición digital y online tanto las cartas ya editadas como las nuevas que puedan ir apareciendo. Estamos convencidos de que los nuevos estándares y recursos para la edición filológica de la Era Digital pueden poner a nuestra disposición soluciones ideales para las dificultades de publicación de la correspondencia de Arias Montano. Asimismo, la publicación digital se proyecta hacia una dimensiones mucho más profundas y ricas que el impreso tradicional: ofrecemos con este proyecto una edición crítica digital dinámica que incluye los facsímiles de las mayoría de las cartas de Arias Montano; aportamos perspectivas distintas del texto de las cartas para cada tipo de lector (documento XML, texto con visualización de marcado, traducción anotada, texto sin visualización de marcado); los filtros y motores de búsquedas incorporados a la edición permiten posibilidades de búsqueda muy superiores a las del papel o del PDF; y, last but not least, con nuestra edición online el lector interesado podrá acceder sin barreras y al instante al último nivel posible de actualización de la edición crítica, traducción y notas del texto de las cartas de Arias Montano.

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