[1] Beso a vuestra merced las manos por la que me hizo de avisarme de la tornada de don Rodrigo a essa casa, porque yo estava con cuydado por su negocio, que como cosa tan de vuestra merced la tengo por muy mía. Allende la obligación que a sus parientes tengo, yo entendí que, mientras más por acá se tardasse, estragaría más su opinión y no vía la hora quede hazerlo tornar a la disciplina de vuestra merced, de la qual, como yo le dixe, dependía toda su buena andança.[2] Por amor de Dios vuestra merced no se canse con su condición, porque él se perderá si vuestra merced lo suelta de la mano. Y deteniéndolo vuestra merced tornará a lo bueno, que en fin es noble y tiene a vuestra merced el respetto que es razón. Y después que tenga más experiencia no se hartará de aggradecer el bien que vuestra merced le haya hecho en governar su mocedad.
[3] También las beso a vuestra merced por la que me hizo con la carta en favor del dottor Dodoneo, y por la obligación que en esto ha echaecho al mismo. He entendido que se tratta de llevarlo a España al servicio de Su Magestad porque en su facultad es muy dotto. Yo por el servicio del rey lo desseo, empero duddo que lo podrá hazer cómmodamente porque tiene una muger muy honrada y está paralýtica y él passa de los 53.
[4] Tomás de Çornoza me escrivió los días passados encomendándome supplicasse a vuestra merced favorezca a un sobrino suyo que, por ser buen soldado y de buena parte y su sobrino, merece la gracia y favor de vuestra merced; bien tengo cierto que viniendo a su noticia todas estas partes, vuestra merced le hará la que a muchos que tiene muy obligados por estas tierras y otras, y en esto, allende de la devoción que su tío a vuestra merced tiene, recibiré yo muy a mi cuenta lo que vuestra merced por él hiziere, dándole buena sperança de que sus servicios no serán olvidados. Las cartas embié luego al castellano.[5] Yo estava al presente en la cama de unas calenturillas que con un catarro me han venido.