1570 01 21

Juan de Ovando (Madrid) a Benito Arias Montano [Amberes]

21 de enero de 1570

METADATOS

Identificador: 1570 01 21

Íncipit: Con la carta de v. m. de 5 de septiembre me alegré infinito…

Manuscritos:

    (C) IVDJ, Envío 78, doc. 6, ff. 144r-148v.

Impresos:

    (E1) Paniagua, «Burócratas e intelectuales», pp. 944-947; (E2) Macías, Correspondencia con Ovando, pp. 198-203;(E3) Domínguez, Correspondencia, I, 57-74.

Edición crítica y notas: Baldomero Macías Rosendo

Codificación y edición digital: Antonio Dávila Pérez

RESUMEN

Ovando responde a dos cartas de BAM y dice que todos sus amigos le echan de menos. Hace algún tiempo que no recibe cartas de Juan del Caño. Elogia la obra de Becano y la diligencia de Plantino, y expresa su agradecimiento por todos los libros e instrumentos ya enviados. Ha recibido una biblia y un breviario de Plantino a través de Pedro Manrique. Él no ha recibido todavía el astrolabio que BAM le envió desde Amberes. El rey [Felipe II] ha partido para Andalucía para ocuparse del asunto de Granada. Existe gran expectación para ver ya impresa la Biblia Políglota. Con la última carta de BAM ha llegado también un anillo astronómico que ha gustado mucho a Ovando.

COMENTARIO

Ovando responde a dos cartas de BAM, una de cinco de septiembre de 1569, que se ha perdido y cuyo contenido podemos reconstruir parcialmente a partir de esta; y otra de 23 de diciembre de 1569. Por lo demás, los únicos datos de interés que aporta son las noticias que Juan de Ovando le ofrece al amigo ausente sobre la política interior y el desarrollo de la guerra de las Alpujarras, hecho que se vivió con auténtica consternación en la península y cuyas consecuencias fueron magnificadas por los embajadores extranjeros. Ovando ya por estas fechas tenía encomendadas responsabilidades como hombre de Estado, por lo que sus valoraciones podrían haber ido más allá de una escueta y aséptica noticia de los sucesos; sin embargo, su vinculación clientelar al cardenal Espinosa y la responsabilidad de este último en la sublevación de los moriscos granadinos le obligan a ser discreto en sus comentarios.

En Jiménez de la Espada, p. 479, podemos leer un brevísimo de esta misiva que dice así: «Le escribe muy cariñoso. Elogia a Plantino. Se muestra muy contento de los encargos que Arias Montano le envía».

FACSÍMILES

TEXTO Y APARATO CRÍTICO (CON VISUALIZACIÓN DE MARCADO XML-TEI) La correspondencia de Benito Arias Montano: edición crítica digital — Juan de Ovando (Madrid) a Benito Arias Montano [Amberes] – 21 de enero de 1570


[Anotado en el margen superior izquierdo, con escritura transversal hacia arriba:]
Copia de carta escrita al dotor1 Arias Montano a 21 de henero2 de 1570.
Illustre3 señor:

[1] Con la carta de vuestra merced de 5 de septiembre me alegré ynfinito,4 y antes avía rescebido la que vuestra merced en ella dize averme escrito, por ocasión de la qual escreví yo la de quatro de agosto a que vuestra merced me respondió en la de quatrocinco de septiembre, en la qual dize vuestra merced muchas cosas muy superfluas, si son para el efecto que parescen, que sus servidores le amemos, pues todos le somos tan aficionados que haze vuestra merced bien en se alexar tanto para ygualarnos a todos, porque de otra manera no podemos dexar de contender sobre a quién favoresce vuestra merced más. [2] Y así lo hezimos pocos días a el señor don Luis Manrique y yo, que diziéndole que venido vuestra merced, si se fuesse a la Peña, mame avía yo5 de yr con vuestra merced, començó a hazer juramentos que no yríamos solos, dando a entender que él también;6 de qualquiera manera me holgara yo yr7 de lo ver.

[3] De Juan del Caño a muchos días que no tengo cartas, porque su sobrino, que desto solía tener cuydado, se fue tener compañia8 a sus padres.

[4] Con todas las defensas que vuestra merced haze del excesso9 que Becano hizo en nombrar cosa tam10 vil como yo en tam11 buena obra como la suya, no queda12 vuestra merced libre de culpa. Dígale vuestra merced que le beso las manos y que le soy muy aficionado. Y tiene vuestra merced mucha razón de dezir que a contentado, porque cierto es muy para contentar su obra. [5] De que vuestra merced me tenga tam13 buenos globos como dize, estoy muy contento; mándemelos vuestra merced enbiar14 con lo demás con ocasión segura. Y lo que más desseo15 son los catálogos de los libros, porque para el exercicio [f. 147v] de mi oficio inporta16 tenerlos. [6] De lo que vuestra merced en su carta dize y de lo que por acá he oýdo del Plantino le soy muy aficionado, y meresce que todo el mundo lo sea a hombre tam provechoso a la república, y especialmente para los que professan17 letras. [7] Y esto18 es lo que se me ofresce responder a la que vuestra merced me escrivió en 5 de 7e.

[8] Un mes avrá que llegó a esta corte el duque de Nájara,19 y con él vino un cavallero que se dize don Pedro20 Manrique, el qual con un su criado me embió una blibiabiblia y un breviario sin carta de vuestra merced ni otra letra más de la ynscriptión21 que venía en la enquadernación de la blibiabiblia, por la qual y por lo que vuestra merced me avía escrito entendí está vuestra merced en la mesma22 culpa con el Plantino que tengo dicho23 la tuvo24 vuestra merced con Becano, de manera que si vuestra merced assí se enmienda, por demás será renirreñir con vuestra merced. [9] Con todo esso25 yo me he holgado con las dos pieças tanto que las estimo más que quantas tengo, assí porque ellas lo merescen como por el autor que me las embió; dígale vuestra merced que le beso las manos26 y que estimo en mucho que me acete por su servidor y que será para mí mucha merced que me encomiende en qué27 yo le sirva en esta corte.

[10] Últimamente en 18 de enero28 rescebí la carta que vuestra merced me escrivió en Anvers 23 de 9e10e con que juntamente rescebí mucha pena de la enfermedad que vuestra merced dize aver tenido y contento de que esté libre della. Guarde Dios a vuestra merced muchos años para su servicio como yo desseo.29

[11] Dize vuestra merced averme embiado un astrolabio en los baúles del duque de Nájara30 y, aunque estuvo aquí, no se me dio más de la biblia y breviario como tengo dicho. Y aunque vuestra merced no me dize la persona a quien se entregó, escrivo a los ynquisidores31 de Calahorra que hagan diligencia para que no se me pierda, y si esta no bastare, avíseme vuestra merced el nombre de la persona a quien se entregó para [f. 148r] que se le pida, porque por las buenas partes que vuestra merced dél me a escrito, he de hazer todas las diligencias possibles32 para que no se me pierda.

[12] Su Magestad partió de aquí viernes 13 de enero y el cardenal, domingo 15. Va a tener cortes en Córdova y a dar orden en lo de Granada, y créese33 que visitará él Andaluzía. Los Consejos se quedan aquí. [13] El señor don Fadrique Enríquez de Ribera está en Sevilla, verná de allí a Córdova. La señora doña Mariana quedó aquí. [14] Créesse34 volverá Su Magestad muy en breve, y porque escriviendo a vuestra merced el buen Çayas, por cuya mano passa35 todo, es cosa escusadoescusada ocuparme yo en esto,36 lo dexo de hazer. [15] La Biblia trilingüe se dessea37 mucho por acá; yo más verla acabada por ver a vuestra merced.

[16] Cuya illustre38 persona guarde Nuestro Sor y acresciente como puede para su servicio.

[Posdata:]

[17] Con esta última carta de vuestra merced de los 23 de 9e10e rescebí también el ánulo astronómico que vuestra merced en ella dize que me enbía,40 el qual me enbió41 desde Vitoria Joan Pérez de Chávarri, vezino de Vitoria, aunque vuestra merced no me dize en su carta quién es el portador. Y aunque yo avía pedido el ánulo tan grande que se pudiesse42 echar al cuello, pero este me a parescido tam43 bien obrado y tam44 gracioso que estoy muy contento con él.

dotor] C, E2, E3; doctor (E1)
henero] C, E2, E3; enero (E1)
Illustre] C, E2, E3; Illustrísimo (E1)
ynfinito] C, E3; infinito (E1, E2)
yo] C, E2, E3; omisit (E1)
también;] C, E2, E3; post también non distinxit (E1)
yr] C, E2; ir (E2); ; ya (E3)
compañia] C, E1, E3; compaña (E2)
excesso] C, E2, E3; exceso (E1)
tam] C, E2, E3; tan (E1)
tam] C, E2, E3; tan (E1)
queda] C, E1, E3; quede (E2)
tam] C, E2, E3; tan (E1)
enbiar] C, E3; embiar (E1, E2)
desseo] C, E2, E3; deseo (E1)
inporta] C, E3; importa (E1, E2)
professan] C, E2, E3; profesan (E1)
esto] C, E2, E3; omisit (E1)
Nájara] C, E2, E3; Nájera (E1)
Pedro] C, E2, E3; Juan (E1)
ynscriptión] C, E3; suscription (E1); ; inscriptión (E2)
mesma] C, E2, E3; misma (E1)
dicho] C, E2, E3; post dicho imum punctum posuit (E1)
tuvo] C, E2, E3; firmó (E1)
esso] C, E3; eso (E1); ; post esso imum punctum posuit (E2)
las manos] C, E2, E3; la mano (E1)
en qué] C, E2, E3; de en que (E1)
enero] C, E2, E3; henero (E1)
desseo] C, E2, E3; deseo (E1)
Nájara] C, E2, E3; Nájera (E1)
ynquisidores] C, E1, E2; inquisidores (E2)
possibles] C, E2, E3; posibles (E1)
créese] C, E2, E3; dícese (E1)
Créesse] C, E2, E3; Creese (E1)
passa] C, E2, E3; pasa (E1)
esto] C, E2, E3; esto [y] (E1)
dessea] C, E2, E3; desea (E1)
illustre] C, E2, E3; Illustrísima (E1)
1570] C, E2, E3; de 1570 (E1)
enbía] C, E3; embía (E1, E2)
el qual me enbió] C, E3; el que me embió (E1, E2)
pudiesse] C, E2, E3; pudiese (E1)
tam] C, E2, E3; tan (E1)
tam] C, E2, E3; tan (E1)
TEXTO Y NOTAS (SIN VISUALIZACIÓN DE MARCADO XML-TEI) La correspondencia de Benito Arias Montano: edición crítica digital — Juan de Ovando (Madrid) a Benito Arias Montano [Amberes] – 21 de enero de 1570


[Anotado en el margen superior izquierdo, con escritura transversal hacia arriba:]
Copia de carta escrita al dotor Arias Montano a 21 de henero de 1570.
Illustre señor:

[1] Con la carta de vuestra merced de 5 de septiembre me alegré ynfinito, y antes avía rescebido la que vuestra merced en ella dize averme escrito, por ocasión de la qual escreví yo la de quatro de agosto a que vuestra merced me respondió en la de cinco de septiembre,1 en la qual dize vuestra merced muchas cosas muy superfluas, si son para el efecto que parescen, que sus servidores le amemos, pues todos le somos tan aficionados que haze vuestra merced bien en se alexar tanto para ygualarnos a todos, porque de otra manera no podemos dexar de contender sobre a quién favoresce vuestra merced más. [2] Y así lo hezimos pocos días a el señor don Luis Manrique2 y yo, que diziéndole que venido vuestra merced, si se fuesse a la Peña,3 me avía yo de yr con vuestra merced, començó a hazer juramentos que no yríamos solos, dando a entender que él también; de qualquiera manera me holgara yo yr de lo ver.

[3] De Juan del Caño a muchos días que no tengo cartas, porque su sobrino, que desto solía tener cuydado, se fue tener compañia a sus padres.4

[4] Con todas las defensas que vuestra merced haze del excesso que Becano hizo en nombrar cosa tam vil como yo en tam buena obra como la suya, no queda vuestra merced libre de culpa. Dígale vuestra merced que le beso las manos y que le soy muy aficionado. Y tiene vuestra merced mucha razón de dezir que a contentado, porque cierto es muy para contentar su obra. [5] De que vuestra merced me tenga tam buenos globos como dize, estoy muy contento; mándemelos vuestra merced enbiar con lo demás con ocasión segura. Y lo que más desseo son los catálogos de los libros, porque para el exercicio [f. 147v] de mi oficio inporta tenerlos. [6] De lo que vuestra merced en su carta dize y de lo que por acá he oýdo del Plantino le soy muy aficionado,5 y meresce que todo el mundo lo sea a hombre tam provechoso a la república, y especialmente para los que professan letras. [7] Y esto es lo que se me ofresce responder a la que vuestra merced me escrivió en 5 de 7e.

[8] Un mes avrá que llegó a esta corte el duque de Nájara, y con él vino un cavallero que se dize don Pedro Manrique, el qual con un su criado me embió una biblia y un breviario sin carta de vuestra merced ni otra letra más de la ynscriptión que venía en la enquadernación de la biblia, por la qual y por lo que vuestra merced me avía escrito entendí está vuestra merced en la mesma culpa con el Plantino que tengo dicho la tuvo vuestra merced con Becano, de manera que si vuestra merced assí se enmienda, por demás será reñir con vuestra merced. [9] Con todo esso yo me he holgado con las dos pieças tanto que las estimo más que quantas tengo, assí porque ellas lo merescen como por el autor que me las embió; dígale vuestra merced que le beso las manos y que estimo en mucho que me acete por su servidor y que será para mí mucha merced que me encomiende en qué yo le sirva en esta corte.

[10] Últimamente en 18 de enero rescebí la carta que vuestra merced me escrivió en Anvers 23 de 10e con que juntamente rescebí mucha pena de la enfermedad que vuestra merced dize aver tenido y contento de que esté libre della. Guarde Dios a vuestra merced muchos años para su servicio como yo desseo.

[11] Dize vuestra merced averme embiado un astrolabio en los baúles del duque de Nájara y, aunque estuvo aquí, no se me dio más de la biblia y breviario como tengo dicho. Y aunque vuestra merced no me dize la persona a quien se entregó, escrivo a los ynquisidores de Calahorra que hagan diligencia para que no se me pierda, y si esta no bastare, avíseme vuestra merced el nombre de la persona a quien se entregó para [f. 148r] que se le pida, porque por las buenas partes que vuestra merced dél me a escrito, he de hazer todas las diligencias possibles para que no se me pierda.

[12] Su Magestad partió de aquí viernes13 de enero y el cardenal,6 domingo 15. Va a tener cortes en Córdova y a dar orden en lo de Granada,7 y créese que visitará él Andaluzía.8 Los Consejos se quedan aquí. [13] El señor don Fadrique Enríquez de Ribera9 está en Sevilla, verná de allí a Córdova. La señora doña Mariana quedó aquí. [14] Créesse volverá Su Magestad muy en breve, y porque escriviendo a vuestra merced el buen Çayas, por cuya mano passa todo, es cosa escusada ocuparme yo en esto, lo dexo de hazer. [15] La Biblia trilingüe10 se dessea mucho por acá; yo más verla acabada por ver a vuestra merced.

[16] Cuya illustre persona guarde Nuestro Señor y acresciente como puede para su servicio.

[Posdata:]

[17] Con esta última carta de vuestra merced de los 23 de 10e rescebí también el ánulo astronómico que vuestra merced en ella dize que me enbía, el qual me enbió desde Vitoria Joan Pérez de Chávarri, vezino de Vitoria, aunque vuestra merced no me dize en su carta quién es el portador. Y aunque yo avía pedido el ánulo tan grande que se pudiesse echar al cuello, pero este me a parescido tam bien obrado y tam gracioso que estoy muy contento con él.

Nota: 1 En el manuscrito se anota «quatro». Creemos que Ovando se refiere a la carta anteriormente citada de 5 de septiembre, y así lo confirma un poco más abajo. Además, en la relación que hace Ovando de las cartas recibidas de parte de BAM no aparece ninguna con fecha de 4 de septiembre.
Nota: 2 Luis Manrique de Lara figura también como una de las amistades más cercanas de BAM en España, a la que le envía obras de arte, como se dice en la carta nº 1570 01 16, § 3.
Nota: 3 En la Peña de Alájar, a unos once kilómetros de Aracena, encontró BAM su retiro idílico para entregarse por completo al estudio de las Sagradas Escrituras lejos del mundanal ruido. En este paraje se alzaba desde antiguo una ermita consagrada a Nuestra Señora de los Ángeles, medio arruinada y difícil de mantener. Hacia 1552 el prior Pedro Vélez de Guevara, administrador de las ermitas del arzobispado de Sevilla, se la cedió a BAM con tal de que la beneficiara. Con el tiempo, BAM reconstruyó la iglesia y el campanario, edificó casa y estudio, se cuidó de tener huerto y prado, y plantó una viña; cf. Juan Gil, Catálogo de la exposición «Arias Montano y su tiempo» (Badajoz, 1998), pp. 97-98. En carta dirigida a su amigo Gabriel de Zayas el 16 de octubre de 1578 le hace una descripción entusiasta de las excelencias que concurrían en la Peña (cf. carta nº 1578 19 16).
Nota: 4 Acerca de Juan del Caño véase nota biográfica en carta 1568 06 14, nota 23. Ese sobrino de Juan del Caño al que alude Ovando es Francisco Terrones del Caño (Andújar, ca. 1550 – Valladolid, 1613), quien pasados los años llegará a ser obispo de Tuy (1601) y de León (1608). Se deduce de esta carta que Terrones se encontraba en 1569 en León acompañando a su tío. Y además sabemos que el 15 de marzo de 1570 aparece matriculado en la Facultad de Teología de Valladolid; por lo que es muy probable que antes de iniciar sus estudios fuera a Andújar para hacer una visita a sus padres. Por mediación de su tío, Juan de Ovando lo nombró en 1574 deán de la catedral de Quito. Francisco J. Fuente Fernández, en su edición de las Obras Completas de Francisco Terrones (León, 2001), p. 25, ofrece un interesante documento que se ha conservado en el Archivo de la catedral de Granada, legajo 456, 16, f. 8, referente a un segundo expediente de limpieza de sangre a que fue sometido Terrones en 1574, donde queda patente cómo se benefició de las amistades de su tío: «Enterado Terrones, que a la sazón se hallaba en Andújar, de la iniciación de los trámites, se presentó ante los comisionados y ʻdixo que no la hiziesen porque él estaba proveído de una prebenda en las Yndias por orden de Joan de Ovando […] y por otra parte lo avía embiado a llamar Busto de Villegas, gobernador de Toledo, para darle un benefficio, a ynstancia de el doctor Joan del Caño, tío del dicho doctor Terrones, que era amigo de los dichos Gobernador y Presidenteʼ». También en el caso de BAM parece que le sirvió a Terrones la mediación de su tío; en este sentido aprovecha las buenas relaciones del frexnense con la imprenta plantiniana para hacerle un pedido de cuarenta y dos libros, que ha quedado registrado en el Museo Plantin-Moretus, Arch. 485-1, f. 16. Además de ese pedido de libros, parece que Terrones mantuvo un intercambio epistolar con BAM, y que a su muerte, ocurrida el 13 de febrero de 1613, según la relación de los bienes legados, conservaba cartas de BAM (cf. Francisco J. Fuente Fernández, Obras Completas, p. 455).
Nota: 5 BAM nunca dejó de elogiar los muchos méritos del impresor en su correspondencia con los amigos y gobernantes españoles, lo que favorecerá las buenas relaciones institucionales del Compás de Oro y le proporcionará importantes beneficios.
Nota: 6 D. Diego de Espinosa, el protector de Juan de Ovando, quizá el personaje que más poder detentó durante el reinado de Felipe II y en quien el monarca depositó toda su confianza. Véase nota biográfica en carta 1569 01 07.
Nota: 7 La guerra de los moriscos del reino de Granada había estallado a finales de 1568 como reacción a la política de represión dictada por la corona contra los súbditos islámicos. Los nobles, que apreciaban a los moriscos como fuerza de trabajo y como contribuyentes, habían favorecido una política de sojuzgamiento benevolente, que los mantuviera en su lugar, pero tratándolos a ellos y a su cultura con tolerancia. Otros como el cardenal Espinosa tenían el punto de vista opuesto y pensaban que solo una política de asimilación cultural convertiría a los moriscos en españoles. Fruto de esa política defendida por don Diego de Espinosa, el Concilio de Granada solicitó al rey, en diciembre de 1565, que pusiera en práctica las leyes existentes que prohibían las costumbres, la lengua y el vestido de los moriscos. La pragmática de 17 de noviembre de 1566 rompe la tolerancia mantenida por la corona hacia los moriscos: se les prohíbe la práctica de sus costumbres y la pervivencia de sus apellidos; les impone el aprendizaje del castellano en el plazo máximo de tres años. El marqués de Mondéjar, capitán general de Andalucía, protestó enérgicamente, pero fue ignorado. Predijo una rebelión, que terminó estallando en la Navidad de 1568. A finales de 1569 la rebelión de los moriscos de Granada había llegado a convertirse en una amenaza real para la estabilidad de la monarquía hispana. El rey estaba acostumbrado a mantener numerosos frentes al mismo tiempo, pero todos fuera de la península. La presencia de un foco insurgente en el corazón mismo de la monarquía era algo inusitado que rompía los esquemas habituales. Además con las mejores tropas en Flandes, la amenaza a la seguridad interior era grave. Se corría el riesgo de que se levantara en armas también la población morisca de Valencia y Aragón, al tiempo que llegaban rumores incesantes acerca de los preparativos del turco, presto a aprovechar la coyuntura para atacar Italia o España. Precisamente al otro lado del Estrecho, el gobernador turco de Argelia eligió este momento (enero de 1570) para tomar la ciudad de Túnez. En diciembre de 1569, Felipe II ya había decidido reunir las Cortes en Córdoba. El rey había puesto grandes recursos a disposición de don Juan de Austria, y su presencia en Córdoba, a partir del mes de enero, abreviando el vaivén de papeles, órdenes e informes y excitando a los combatientes a desplegar un mayor celo, tuvo finalmente el resultado esperado. A partir de enero de 1570, don Juan logró imponer su estrategia en la campaña militar. De manera lenta y brutal la guerra empezaba a acercarse a su fin, y así lo percibía Juan de Ovando. La guerra se prolongaría durante todo el año de 1570, por lo menos hasta el 30 de noviembre, fecha en que don Juan deja Granada, si no enteramente pacificada, sí prácticamente reducida al orden.
Nota: 8 La visita del rey al sur de la península fue la única que hizo Felipe II como rey a las principales ciudades andaluzas. Todo el gobierno lo acompañó. Era un momento oportuno para la visita: Andalucía, la más pobre de las regiones peninsulares, había padecido sequías desde 1568. En Granada la guerra había arrasado casi todas las tierras de cultivo. El rey deseaba presentarse en Andalucía «para dar calor y asistencia de más cerca al remedio de las cosas de Granada». A finales de febrero, las Cortes de Castilla se reunieron en una sesión extraordinaria celebrada en la sala capitular de la catedral de Córdoba, en la que después de votar el dinero necesario para seguir adelante con las operaciones militares, el monarca propuso aplazar las demás sesiones para Madrid, donde se reanudaron las cortes en julio. Felipe II se quedaría todavía algún tiempo cerca del teatro de operaciones. A principios de mayo visitó la ciudad de Sevilla acompañado de los archiduques Rodolfo y Ernesto, así como de sus ministros y embajadores. Después de diez días en Sevilla, la comitiva real regresó a Córdoba, adonde don Juan le hizo llegar noticias alentadoras de la capitulación de los jefes moriscos. De Córdoba Felipe pasó a Jaén a finales de mayo, y después a Úbeda. Ante la buena marcha de los acontecimientos, pues el final de la guerra parecía estar a la vista, la comitiva se trasladó a Toledo.
Nota: 9 Sobre Fadrique Enríquez de Ribera, miembro de la casa de los marqueses de Tarifa, véase nota biográfica en la carta 568 11 09.
Nota: 10 La Biblia Políglota que prepara BAM en Amberes.
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